
Inquietud en el sector nuclear por la privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina
Actualidad20/09/2025
REDACCIÓN
El gobierno dio un paso importante hacia la privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA), generando un aluvión de reacciones tanto dentro como fuera del sector nuclear. El plan incluye la venta del 44% de las acciones de la compañía, mientras que un 5% se destinaría a gremios del sector a través de un programa de propiedad participada. El Estado mantendría el 51% restante.


El anuncio, confirmado por la Secretaría de Energía, desató preocupación entre distintas entidades gremiales y actores políticos. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que actualmente posee un porcentaje de las acciones, perdería su lugar en el directorio de la empresa, lo que afectaría su influencia en la política nuclear del país. Germán Guido Lavalle, presidente de la CNEA, ocupa en la actualidad una vicepresidencia en Nucleoeléctrica, lo que ahora podría quedar en el aire.
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"Este intento de privatización responde a un plan de reducción salarial y desfinanciamiento de proyectos", criticó la Asociación de Profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Actividad Nuclear (APCNEAN). Para el ex vicepresidente de la CNEA, Diego Hurtado, este avance busca "convertir al sector nuclear en una fuente de rentabilidad, en lugar de un pilar estratégico".

El sector gremial no fue el único en rechazar la medida. En el Congreso, los bloques del peronismo firmaron proyectos para bloquear la privatización parcial, mientras que Agustina Propato, diputada nacional de Fuerza Patria, presentó un pedido de informes para obtener más detalles sobre el proceso.
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Por otro lado, algunas voces a favor de la privatización, como Julián Gadano, ex subsecretario de Energía Nuclear, cuestionaron la efectividad de la medida. "Es difícil entender por qué alguien querría comprar una empresa que no puede controlar y que tiene una central parada", apuntó Gadano, refiriéndose a las dificultades que enfrenta Nucleoeléctrica con sus instalaciones.
A pesar de los cuestionamientos, el exfuncionario destacó como positivo que la reforma eléctrica permitiera a Nucleoeléctrica disponer de sus ganancias, lo que abriría nuevas posibilidades para la empresa.
Este nuevo capítulo en la privatización de Nucleoeléctrica sigue generando incertidumbre, no solo por las implicancias económicas, sino también por el impacto que tendrá sobre el futuro de la política energética del país.
Fuente: Eolomedia















