Biodiésel en caída libre y bioetanol en auge: la paradoja energética argentina

Actualidad22/09/2025Sergio BustosSergio Bustos
Modifican los precios de biodiesel y bioetanol
El bioetanol en auge.

El sector de biocombustibles argentino atraviesa un momento de contrastes profundos. El biodiésel se desplomó en producción y exportaciones, mientras el bioetanol sostiene un crecimiento constante.

El último informe del INDEC reveló que la producción de biodiésel cayó 30,8% interanual en el segundo trimestre de 2025.

El dato más alarmante es que no hubo exportaciones en todo el período, algo inédito para una industria históricamente orientada al mercado externo.

El mercado interno aportó un pequeño alivio, con un incremento de 7,5% en los despachos. Sin embargo, ese avance fue insuficiente para revertir la magnitud del derrumbe.

En paralelo, el bioetanol muestra la cara opuesta de la historia. La producción total creció 5,8% interanual y se consolidó como el biocombustible de mayor dinamismo.


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El crecimiento fue equilibrado. El bioetanol elaborado a partir de caña de azúcar aumentó 6,9% y el producido con maíz lo hizo en 5,1%.

La demanda interna empujó este avance. Los despachos para el corte obligatorio con naftas subieron 9,9%, consolidando un mercado previsible y en expansión.

La brecha entre ambos combustibles revela modelos distintos. El biodiésel depende de la exportación y sufre con la volatilidad internacional y las barreras comerciales.

El bioetanol, en cambio, está anclado en la demanda doméstica. El respaldo regulatorio le otorga estabilidad y garantiza una base de consumo sostenido.


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La paradoja es evidente. Mientras uno se hunde sin clientes externos, el otro se fortalece apoyado en un mercado cautivo.

Los analistas advierten que la crisis del biodiésel no es solo coyuntural. La pérdida de competitividad, la caída de precios internacionales y la falta de acuerdos externos profundizan la fragilidad del sector.

En cambio, el bioetanol parece tener un horizonte más despejado. Las políticas de corte obligatorio con combustibles líquidos aseguran demanda y atraen nuevas inversiones.

El contraste plantea un interrogante mayor. ¿Es este el inicio de una reconfiguración estructural del sector de biocombustibles o apenas una crisis pasajera del biodiésel?

La respuesta definirá el destino de miles de empleos, de inversiones millonarias y del rol de Argentina en la transición hacia energías limpias. Por ahora, los datos muestran a un claro ganador y a un perdedor evidente en la batalla de los biocombustibles.

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