

Durante décadas, la vida privada de Freddie Mercury estuvo rodeada de misterio, pero una revelación reciente sacudió el relato oficial. Una mujer identificada como B., de 48 años y residente en Suiza, afirmó ser la hija secreta del cantante y relató su vínculo en una nueva biografía que ya genera debate mundial.


“Fui concebida por accidente con la esposa de uno de sus amigos cercanos”, escribió B. a Paris Match, al describir cómo su madre, una francesa casada, quedó embarazada en 1977. Según contó, Mercury sintió culpa por la situación, aunque aceptó la llegada de la niña con alegría.
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La biografía “Affectueusement, Freddie”, de Lesley-Ann Jones, recoge su testimonio y detalla que “convertirse en padre fue una felicidad absoluta para él”, a pesar de que lamentaba no poder darle una familia tradicional. Solo cuatro personas del círculo íntimo conocieron el secreto.
Mercury, obsesionado con la privacidad, adoptó la máxima de “vivir feliz, vivir oculto”. Al enterarse del embarazo, comenzó a escribir un diario personal que entregó a su hija tres meses antes de morir en 1991. B. reveló que esperó hasta los 25 años para leer los pasajes más íntimos, tal como él le pidió.

La relación entre padre e hija se mantuvo en encuentros discretos en Suiza, Londres, Múnich y Montreux. “Nos veíamos muy a menudo, y cuando no era posible, hablábamos casi a diario por teléfono. Nunca me dijo ‘adiós’, siempre ‘hasta mañana’”, recordó B., quien también describió juegos, conversaciones y una educación musical exigente.
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“Era un padre absolutamente maravilloso, atento, comprensivo y extremadamente protector”, aseguró, al evocar momentos familiares lejos de los escenarios. Para ella, el personaje público de Mercury era solo una coraza frente a la presión mediática.
Varios hechos la impulsaron a hablar: la película Bohemian Rhapsody, que según B. “presenta una imagen superficial y distorsionada de su vida”, la venta de objetos personales en 2023 y la de Garden Lodge en 2024. La muerte de su padrastro y el hallazgo de documentos familiares terminaron de empujar la decisión.
La biógrafa Jones afirmó haber visto los diarios, cartas y fotos, aunque no divulgó pruebas por restricciones legales. Mary Austin, heredera de Mercury, negó tener conocimiento de una hija, pero no emitió un desmentido rotundo, lo que alimenta la controversia.
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En materia patrimonial, B. explicó que Mercury aseguró su bienestar por vías discretas. “No encontrará ninguna huella de mi herencia, él no tomó ninguna disposición oficial para proteger mi privacidad”, señaló, aclarando que no figura en el testamento ni recibe derechos de autor.
Para B., contar su historia no busca dinero ni fama. Su objetivo es que el público conozca la humanidad del artista. “Detrás de la leyenda había una persona profundamente admirable”, expresó, convencida de que su padre siempre quiso que su verdadera esencia quedara a salvo del espectáculo.
Fuente: Infobae


















