LA NAVIDAD, UN LLAMADO A LA ESPERANZA Y EL AMOR

La Navidad es mucho más que una celebración: es el nacimiento de Jesús, el Salvador. Este evento representa el amor infinito de Dios hacia la humanidad al enviar a su hijo en forma de hombre para acompañarnos. “Dios se hizo pequeño, un bebé necesitado de una familia, y esa ternura nos enseña su amor”, destacó el Padre Edgardo en diálogo con #LA17.

Jesús vivió como cualquier niño, en el seno de una familia llena de amor y valores. “Jugó, aprendió, creció y compartió como cualquier chico de su tiempo, mostrando que Dios eligió vivir entre nosotros”, recordó el sacerdote. Estas vivencias humanizan su figura y nos acercan a comprender su mensaje de vida.

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La familia de Nazaret es un modelo de fe, unión y compromiso con el plan divino. María y José educaron a Jesús con amor, paciencia y dedicación, enseñándole los valores de la fe judía y la compasión. “María era pura bondad, y José fue el custodio elegido por Dios para proteger al Salvador”, afirmó.

Jesús, según explicó el sacerdote, fue tomando conciencia de su misión divina con el paso del tiempo. “Como todos nosotros, fuimos aprendiendo en sabiduría y amor, cumpliendo su propósito con una vida sencilla pero plena”, detalló. Este proceso lo llevó a ser un ejemplo de entrega y compromiso con el plan de Dios.

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La Navidad también es un tiempo para reflexionar sobre nuestra vida y nuestras decisiones. Nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros o difíciles, siempre hay una luz de esperanza que nos guía. “Dios nos ama profundamente y nos ofrece salvación, aun cuando nos alejamos de Él”, señaló.

El papel de María en la vida de Jesús es esencial y digno de ser admirado. Desde su maternidad hasta su fortaleza al pie de la cruz, fue un ejemplo de amor incondicional y de fe inquebrantable. “María es un modelo para las familias de hoy, que buscan construir un hogar lleno de amor y respeto”, expresó Edgardo.

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El mensaje de Jesús sigue vigente y nos invita a vivir con fe, esperanza y una profunda conexión con los demás. El sacerdote destacó que Jesús vivió como uno más entre nosotros, compartiendo su vida en comunidad y enseñando con humildad y compasión. Este legado refuerza la importancia de la unidad y el amor en nuestra vida diaria.

El Papa Francisco también es parte de este mensaje de transformación y esperanza. Sus gestos y enseñanzas nos recuerdan la importancia de construir una Iglesia abierta, inclusiva y solidaria, que sea reflejo del amor de Dios. “Francisco es un ejemplo vivo del mensaje de Jesús adaptado al mundo actual”, mencionó el sacerdote.

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La Navidad nos invita a renovar nuestra fe y nuestra relación con Dios, entendiendo que sus promesas siempre se cumplen. Es un tiempo para compartir con los demás, reflexionar sobre nuestro camino y buscar la luz que nos guía hacia un futuro mejor. “Que esta Navidad nos llena de amor y certeza en las promesas de Dios”, concluyó el Padre Edgardo.