EPUYÉN: MÁS DE 1800 HECTÁREAS AFECTADAS EN MENOS DE 24 HORAS

El incendio que comenzó cerca de la Escuela N° 9 sigue devastando la región. Más de 1800 hectáreas de bosque implantado y nativo, matorrales y pastizales han sido consumidas en menos de 24 horas. La propagación extrema, impulsada por vientos intensos, obliga a las autoridades a priorizar evacuaciones y redoblar los esfuerzos de combate.

Las evacuaciones en la zona de La Rinconada fueron indispensables ante la rápida expansión del fuego. Las ráfagas de viento, que alcanzaron entre 60 y 70 km/h, dificultaron significativamente las tareas de control. Las inclemencias climáticas representan un desafío constante para el personal que trabaja en la extinción.

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Brigadistas y bomberos de diversas localidades trabajan sin descanso para proteger viviendas y mitigar los daños. Durante la noche, los Bomberos Voluntarios se centraron en resguardar las casas ubicadas en zonas críticas, mientras maquinaria vial y equipos manuales se desplegaron en los sectores más afectados. El esfuerzo coordinado busca contener un incendio que sigue fuera de control.

El operativo cuenta con el respaldo de bases locales y regionales, con brigadistas provenientes de Epuyén, Lago Puelo, Cholila, Trevelin y otras localidades vecinas. Además, participan la Brigada Nacional Sur del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) y múltiples cuerpos de Bomberos Voluntarios. La colaboración interinstitucional es clave para hacer frente a esta emergencia.

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Medios aéreos refuerzan las acciones terrestres. Tres aviones hidrantes y un helicóptero con helibalde realizan descargas en puntos estratégicos para frenar la propagación de las llamas. Sin embargo, las fuertes ráfagas dificultan la efectividad de los lanzamientos.

Las condiciones meteorológicas siguen siendo problemáticas. Para las próximas horas se espera una temperatura máxima de 25 °C y vientos del oeste de entre 20 y 30 km/h, con ráfagas que podrían alcanzar los 45 km/h. Estas condiciones aumentan el riesgo de generación de focos secundarios, complicando aún más las tareas de extinción.

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Un puesto móvil de comunicaciones, establecido en Trevelin, centraliza las operaciones para mejorar la coordinación de las brigadas. Este sistema permite distribuir de manera eficiente los recursos y priorizar las zonas más afectadas, especialmente las áreas de interfase urbano-forestal donde el riesgo para la población es mayor.

La causa del incendio aún no ha sido determinada, y las autoridades trabajan en la investigación mientras dirigen los esfuerzos hacia la contención. La Secretaría de Bosques, a cargo del incidente, supervisa cada etapa del operativo y colabora con otros organismos para evaluar los daños ambientales y estructurales.

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La logística es esencial para mantener el flujo constante de recursos. Vialidad Nacional y Provincial trabajan en conjunto para asegurar accesos seguros y el transporte de personal y maquinaria al área afectada. Camiones cisterna y autobombas garantizan el abastecimiento de agua en las zonas más críticas.

Servicios médicos locales están en alerta máxima, preparados para atender cualquier emergencia que surja durante las labores de combate. El Hospital de Epuyén coordina con Protección Civil y otras entidades para brindar apoyo a los brigadistas y a las personas evacuadas.

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La población local también se ha movilizado para colaborar con donaciones y apoyo logístico. Las municipalidades de Epuyén, El Hoyo y Esquel trabajan junto a Defensa Civil, Vialidad y otros organismos para mitigar los efectos del desastre. La solidaridad se ha convertido en un pilar fundamental en esta emergencia.

Más brigadistas se suman al operativo desde bases de servicio cercanas, como Río Senguer. El refuerzo en las acciones busca contener el avance del fuego en las próximas horas, aunque las condiciones climáticas siguen siendo un obstáculo importante.

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Los sectores operativos se dividen para optimizar la distribución de recursos y personal. Maquinaria vial trabaja junto a equipos manuales en el corte de líneas de defensa, priorizando las áreas con mayor riesgo para la población. La organización es vital para maximizar la efectividad de los esfuerzos.

Autoridades piden a los habitantes de las zonas cercanas extremar precauciones. El riesgo de nuevos focos, sumado a las condiciones extremas, exige responsabilidad y colaboración de toda la comunidad.