CÓMO LAS FAKE NEWS AMENAZAN LA DEMOCRACIA

Las fake news dejaron de ser un fenómeno marginal para convertirse en una industria con capacidad de moldear elecciones, alterar percepciones y debilitar la confianza en las instituciones. La proliferación de discursos basados en falsedades encontró terreno fértil en un mundo donde la inmediatez de la información supera cualquier intento de verificación.

Los desastres naturales y las crisis sociales son los momentos predilectos para la expansión de noticias falsas. Recientemente, las inundaciones por la DANA en Valencia y el huracán Helen en Estados Unidos desataron una ola de desinformación que confundió a la opinión pública. Fotografías antiguas, teorías conspirativas y datos alterados fueron difundidos sin control, generando pánico y desconfianza.

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El negacionismo alcanzó niveles insólitos en temas que antes parecían cerrados a la discusión. Cuestiones científicas comprobadas, como el cambio climático, son puestas en duda por líderes políticos y figuras influyentes. El problema no es solo que estas posturas existan, sino que sean toleradas e incluso celebradas por sectores de la sociedad.

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La facilidad para construir discursos basados en falsedades tiene una relación directa con la crisis de credibilidad de los medios tradicionales. Con el auge de las redes sociales, cualquier persona puede difundir información sin filtro ni responsabilidad. La inmediatez y el impacto emocional priman sobre la veracidad, generando un ecosistema propicio para la manipulación.

La industria de la mentira no es casual ni espontánea. Detrás de cada una hay un interés político o económico que busca moldear la realidad a conveniencia. La falta de regulación sobre la desinformación digital permite que estos mecanismos se utilicen sin consecuencias, afectando procesos democráticos y alimentando la polarización.

Las campañas políticas incorporaron la desinformación como una herramienta estratégica. Mentir dejó de ser un problema para convertirse en un recurso electoral efectivo. En lugar de sancionar las falsedades, muchas veces se premia a quienes logran imponerlas en la agenda pública. La verdad se convirtió en un concepto moldeable según las necesidades del momento.

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El fenómeno trasciende fronteras y afecta a todas las democracias. Países como Brasil, Estados Unidos y España vivieron procesos electorales marcados por la manipulación informativa. La creación de fake news no solo busca confundir, sino también desacreditar la evidencia y sembrar el escepticismo sobre cualquier versión oficial.

Material publicado por gentileza Radio Francia Internacional