
El trabajo remoto gana terreno en Argentina y abre un nuevo debate sobre productividad
Actualidad28/09/2025
REDACCIÓN
El teletrabajo dejó de ser un recurso de emergencia para convertirse en una opción que despierta adhesiones y cuestionamientos. La Encuesta Permanente de Hogares del Indec reveló que la proporción de personas que trabajan desde su casa creció de 7,8% a 8,5% en un trimestre, lo que confirma que la modalidad se afianza incluso en un contexto de predominio presencial.


Los datos también muestran que la tendencia no es uniforme. Mientras el 80% de las empresas combina días presenciales y remotos, solo un 1% funciona de manera completamente virtual, según la consultora HuCap. Randstad, en cambio, advierte que la gran mayoría de los trabajadores argentinos —83%— todavía cumple su tarea en oficinas, aunque más de la mitad elegiría un esquema híbrido si pudiera decidir.
La mirada de los especialistas aporta matices al debate. “Las empresas que no adopten esquemas híbridos van a tener más rotación”, señaló Patricia Debeljuh, directora del Centro CONFyE del IAE, quien subraya que la flexibilidad se volvió una herramienta estratégica para atraer talento. En la misma línea, Santiago Sena, profesor de la misma escuela, sostuvo que “no existe un formato único que sirva para toda organización”.
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Las empresas ven ventajas inmediatas. La reducción de costos operativos —alquileres, servicios, equipamiento— es significativa, según un informe de Deel. Además, la posibilidad de acceder a profesionales sin límites geográficos amplía el alcance del talento disponible. Para los trabajadores, el ahorro aparece en transporte y alimentación, sumado a la recuperación de horas que antes se destinaban a traslados.
Sin embargo, no todo son beneficios. Los informes coinciden en que se requieren inversiones en seguridad informática, capacitación y conectividad. “La falta de visibilidad con el equipo genera inquietud sobre el trabajo remoto”, reconocieron directivos consultados por Forbes Argentina, reflejando la brecha entre la percepción positiva de los empleados y la cautela de los gerentes.
Un estudio del IAE Business School, realizado entre más de 500 trabajadores, indicó que el 80% no percibe una baja en su desempeño fuera de la oficina. Dos tercios de los encuestados por Deel, incluso, dijeron sentirse más productivos desde casa. La diferencia radica en la confianza de quienes gestionan los equipos: solo un 34% de los ejecutivos afirma estar completamente seguro de que el rendimiento se mantiene.
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Los especialistas coinciden en seis factores que definen la sostenibilidad del teletrabajo: la confianza en los equipos, el diseño de políticas adaptadas, la claridad de los objetivos, el uso adecuado de la comunicación asincrónica, la capacitación tecnológica y el cuidado del bienestar organizacional. Cada uno de estos elementos resulta indispensable para que el ahorro de costos no implique pérdida de productividad.
El fenómeno también tiene un costado regional. Forbes destacó a Buenos Aires como una de las ciudades más elegidas en el mundo para el trabajo remoto, lo que abre oportunidades para profesionales argentinos que compiten en un mercado global. Este escenario obliga a elevar estándares y adaptarse a dinámicas internacionales.
Las experiencias muestran que no hay una respuesta definitiva. Algunos empleados valoran la autonomía y la flexibilidad, otros señalan la pérdida de innovación espontánea al reducirse el contacto casual. Lo cierto es que el teletrabajo, en cualquiera de sus variantes, ya no se discute como una moda pasajera, sino como una modalidad que seguirá marcando la agenda laboral en Argentina.
Fuente: Infobae.
















