
Caen las tasas de plazos fijos y los bancos ajustan rendimientos para ahorristas
Actualidad29/09/2025
REDACCIÓN
La tendencia descendente de las tasas de interés para los plazos fijos en pesos marcó septiembre como un mes de cambios para el sistema financiero argentino. Las principales entidades, públicas y privadas, aplicaron recortes considerables en los rendimientos de los depósitos a 30 días, alterando el mapa de opciones para los pequeños y grandes ahorristas. En apenas dos semanas, los retornos bajaron más de 10 puntos en algunos casos, afectando la capacidad de los depósitos para resguardar valor frente a la inflación.


El Banco de la Nación Argentina, históricamente uno de los referentes en captación de ahorros, redujo su tasa nominal anual (TNA) de 47% a 36%. Ese ajuste implica que un depósito de un millón de pesos a 30 días hoy paga 1.029.589 pesos, un rendimiento sensiblemente menor al que se obtenía a mediados de mes. El efecto dominó se replicó de inmediato en otras entidades de peso, como Santander, que bajó del 42% al 35%, y Galicia, que estableció su tasa en 35,25%, alineándose con los valores promedio del mercado.
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El ajuste no se detuvo allí. Banco Provincia de Buenos Aires y Banco BBVA fijaron sus tasas en 34% y 35% respectivamente, confirmando que el recorte se extendió a todo el sector. Banco Macro ubicó su tasa en 35,5% y Credicoop en 34%, en tanto ICBC ofreció 35,15%. En todos los casos, los ahorristas perciben que los plazos fijos tradicionales rinden mucho menos que en semanas anteriores, pese a que la inflación aún se mantiene por encima de esos niveles.
El Banco Ciudad aplicó uno de los recortes más fuertes, reduciendo su tasa al 31%. Hoy, quien inmovilice un millón de pesos en esa entidad durante un mes recibirá apenas 1.025.479 pesos, uno de los peores rendimientos entre los bancos de gran volumen. En contraste, entidades regionales como el Banco de Corrientes pagan 40% y el Banco Bica 41%, lo que supone montos finales superiores, aunque con menor nivel de seguridad y alcance que los bancos nacionales.
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Las provincias tampoco quedaron al margen. El Banco de Córdoba recortó de 52% a 43% y el Banco del Chubut bajó de 51% a 38%, mientras que Banco del Sol y Banco VoII redujeron de 55% a 45%. El retroceso en estas instituciones refleja la magnitud del fenómeno, que abarca desde bancos públicos provinciales hasta entidades privadas con fuerte presencia local.
Entre las compañías financieras y fintech, los ajustes también fueron significativos. Crédito Regional pasó de 54,5% a 43%, lo que se traduce en 1.035.356 pesos para un depósito de un millón a 30 días. Reba hizo un recorte similar, de 50% a 40%, pagando 1.032.876 pesos. Mariva, Meridian y Bibank mantienen sus tasas entre 40% y 42,5%, mientras Banco Tierra del Fuego figura con 39%. En este segmento, algunas entidades todavía sostienen propuestas competitivas, pero las diferencias entre semanas son notorias.
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Los analistas señalan que la caída de las tasas responde a la política monetaria del Banco Central, que busca alinear rendimientos con la desaceleración de la inflación y la estabilidad del tipo de cambio oficial. Sin embargo, los ahorristas perciben que los plazos fijos pierden atractivo como herramienta de resguardo frente a la pérdida de poder adquisitivo, lo que los obliga a revisar alternativas de inversión. La baja también impacta en la liquidez de corto plazo, ya que los bancos ofrecen menos incentivos para captar depósitos.
El efecto para los bolsillos es directo. La diferencia entre la mejor y la peor tasa supera los 12.000 pesos por cada millón invertido, lo que representa un cambio sustancial para quienes confían en esta herramienta como refugio de sus ahorros. Hoy, la mejor opción ronda los 1.036.986 pesos, mientras que las más bajas apenas superan los 1.024.000 pesos. En promedio, la reducción fue de 6,6 puntos porcentuales desde el 15 de septiembre hasta la fecha, un ajuste que no distinguió entre bancos grandes o chicos.
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La tendencia deja a los plazos fijos en un terreno más complejo que meses atrás. Los inversores minoristas, que tradicionalmente utilizaban este instrumento como resguardo simple y seguro, ahora se ven obligados a comparar con mayor detenimiento las propuestas de cada entidad, evaluar otras herramientas financieras o aceptar rendimientos cada vez más reducidos. La baja generalizada configura un nuevo escenario en el que la seguridad del plazo fijo choca con su escasa rentabilidad frente a la inflación real.
Fuente: Infobae.


















