El triple crimen narco: los nueve detenidos y el rol central de “Pequeño J”

Policiales02/10/2025

Triple crimen narco de Florencia Varela imagen reeditada digitalmente por LA17

La causa que conmocionó a Florencio Varela avanza con detenciones que configuran un entramado complejo de responsabilidades. Con la captura de Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, los investigadores consideran que el círculo alrededor del triple crimen comienza a cerrarse. La hipótesis sostiene que el joven de 20 años ordenó el asesinato de las tres víctimas, que habían sido engañadas con la promesa de dinero para asistir a una supuesta fiesta.

El hallazgo de los cuerpos enterrados en una vivienda del barrio Villa Vatteone reveló la violencia con la que se ejecutó el crimen. En el lugar, la policía encontró a Maximiliano Andrés Parra limpiando manchas de sangre con lavandina. Junto a él estaba Daniela Iara Ibarra, y ambos fueron los primeros en ser detenidos tras señalar quiénes eran los dueños de la propiedad.

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La casa donde se hallaron los restos pertenecía a Magalí Celeste González Guerrero, detenida en un hotel junto a su pareja Miguel Ángel Villanueva Silva. En el celular de González aparecieron transferencias a Matías Ozorio, considerado la mano derecha de “Pequeño J”. Además, mensajes familiares revelaron que el crimen habría sido grabado, lo que añade un elemento macabro al expediente.

La logística del traslado de las jóvenes también quedó al descubierto. Según la investigación, Lázaro Víctor Sotacuro condujo un Volkswagen Fox blanco que escoltaba a la camioneta Chevrolet Tracker donde iban las víctimas. La Tracker fue hallada incendiada a pocos metros del lugar del crimen. Sotacuro intentó escapar a Bolivia pero fue detenido en Villazón.

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En el mismo vehículo de apoyo estaba su sobrina, Florencia Ibáñez, quien fue vista junto a Ozorio durante la noche del crimen. El propio ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, confirmó que “el teléfono de Ozorio lo ubica en el lugar del hecho”. Ambos habrían cumplido un rol clave para garantizar la emboscada.

Otro implicado es Ariel Giménez, detenido tras el testimonio de un chofer de aplicación que lo trasladó con una pala y un parlante. Fue acusado de encubrimiento agravado al vincularse esas herramientas con el pozo donde fueron enterradas las víctimas.

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Matías Ozorio, señalado como el ladero principal de “Pequeño J”, cayó en Lima tras una alerta de Interpol. Sus familiares aseguraron que “estaba muy metido en las criptomonedas” y que perdió gran parte de su dinero en inversiones fallidas. Para la Justicia, su rol fue doble: brindar apoyo logístico y garantizar que el asesinato se concretara.

El último en ser capturado fue el propio Tony Janzen “Pequeño J” Valverde Victoriano, detenido en un camión de pescados en Perú. Según la investigación, no fue un ejecutor directo, sino el organizador de una estructura vinculada al narcomenudeo que utilizó a sus allegados para consumar el crimen. Las autoridades ya trabajan en el pedido formal de extradición para que sea indagado en la Argentina.

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A pesar de las nueve detenciones, la causa todavía no se cierra. El ministro Alonso confirmó que “quedan dos prófugos” que habrían conducido la camioneta en la que trasladaron a las víctimas.