Paraíso submarino emerge en Camarones: planean abrir la operadora de buceo local

En la costa atlántica de Chubut, a mitad de camino entre Comodoro Rivadavia y Rawson, Camarones guarda un tesoro bajo el mar. Este pequeño pueblo de poco más de 1.500 habitantes se prepara para dar un paso inédito: abrir su primera operadora de buceo. Un grupo de vecinos quiere compartir con visitantes y locales la experiencia de sumergirse en aguas casi vírgenes.

“Es un paraíso submarino”, dice José Luis Orlando, buzo nacido y criado en Camarones. Con años de experiencia y un profundo conocimiento del entorno, describe el lugar como uno de los secretos mejor guardados de la provincia. Lo que para muchos es solo una bahía tranquila, para él es la puerta de entrada a un universo fascinante.

Bucear en Camarones no es como en otros puntos turísticos. Las bajas temperaturas, incluso en verano, y la fuerza del océano exigen respeto y preparación, pero esa misma intensidad es parte de su encanto. “Lo que lo distingue de otros lugares es que todo está en su estado natural. No hay nada creado por el hombre”, explica Orlando con orgullo.

Debajo de la superficie aparece un ecosistema sorprendente: caracoles de colores vivos, estrellas de mar de múltiples tamaños, anémonas que se mueven con la corriente, bosques de algas densos y peces que nadan en cardúmenes. Pulpos, salmones plateados y cornalitos completan una escena donde el ser humano aún no dejó huella.

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Cuando el agua está clara, la experiencia se vuelve casi cinematográfica. “Estás en un bosque de algas, mirás hacia arriba y ves cómo entran los rayos de luz. Es una sensación hermosa. Hay que vivirlo para entenderlo”, relata el instructor con un entusiasmo que contagia a cualquiera.

El proyecto de abrir una operadora busca combinar turismo, educación ambiental y orgullo local. Sería la primera en Camarones, con un enfoque en excursiones seguras y acompañadas por profesionales. “Cada vez viene más gente atraída por el turismo de naturaleza, y el buceo es parte de esa propuesta”, destaca Orlando.

La iniciativa también tiene un fuerte componente identitario. Compartir este entorno con quienes nunca lo vieron es una manera de valorar la riqueza del propio territorio. Muchos habitantes de Camarones nunca se sumergieron en sus propias aguas. La propuesta apunta también a ellos: abrir las profundidades para todos.

“Siempre recomiendo animarse —invita Orlando—. El buceo te marca para siempre, te abre los ojos a un mundo increíble”. Para él, la clave está en contar con buen equipo y buenos instructores, algo que la futura operadora garantizará desde el primer día.

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La idea no surge de la nada. En los últimos años, el turismo de naturaleza creció en la región y Camarones comenzó a recibir visitantes que buscan experiencias auténticas. El buceo podría convertirse en un nuevo motor para la economía local, con impacto directo en hospedajes, gastronomía y servicios complementarios.

Además de la dimensión turística, hay una motivación personal muy fuerte. “Una de las mejores cosas que me pasó fue bucear con mis hijos y mi pareja. Es realmente hermoso compartirlo”, cuenta Orlando. Para él, cada inmersión es también una forma de transmitir amor por el mar y respeto por la naturaleza.

Si el proyecto se concreta, Camarones podría posicionarse como un nuevo destino de buceo en la Patagonia argentina. No competiría con los grandes centros, sino que ofrecería algo distinto: un entorno intacto, donde la belleza está en lo natural y no en estructuras artificiales.