
Tensión al rojo vivo entre el peronismo y los gobernadores por la ley de DNU
Política09/10/2025
Sergio Bustos
La Cámara de Diputados se prepara para una sesión cargada de tensión política. El bloque peronista lanzó una advertencia directa a los gobernadores de Provincias Unidas: si apoyan la reforma de la ley de DNU impulsada por Javier Milei, se frenará el tratamiento del reparto del impuesto a los combustibles.


En el entorno de Germán Martínez siguen de cerca una negociación entre la Casa Rosada y los mandatarios “de centro”. El Gobierno busca que estos gobernadores no aprueben la reforma de los DNU, que ya cuenta con media sanción del Senado. La maniobra apunta a asegurar un respaldo clave en el arranque del debate.
La ley de DNU es el primer tema en la agenda de la sesión. El oficialismo necesita sumar aliados para avanzar con el tratamiento y evitar un traspié legislativo que podría tener consecuencias políticas inmediatas. Cada voto es determinante en una Cámara profundamente fragmentada.
El bloque peronista no se queda de brazos cruzados. Si la reforma no prospera, están dispuestos a levantarse del recinto y dejar caer el quórum, lo que paralizaría toda la sesión. Entre los temas que quedarían en el aire figura el reparto a las provincias del impuesto a los combustibles líquidos, un proyecto impulsado por los propios gobernadores.
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Este impuesto representa una porción significativa de los recursos coparticipables para muchas jurisdicciones. La advertencia del peronismo apunta directo al bolsillo de las provincias, en un contexto donde la tensión fiscal entre Nación y distritos es cada vez más fuerte.
“No vamos a convalidar acuerdos que perjudiquen a las provincias”, remarcaron en el entorno de Martínez, que advierten sobre el costo político de alinearse con el oficialismo en este contexto. La frase retumba en los despachos de los mandatarios provinciales, que observan con cautela cada movimiento en el Congreso.
Los gobernadores de Provincias Unidas se convirtieron en un bloque bisagra. Su decisión puede inclinar la balanza en uno u otro sentido. En la Casa Rosada confían en que algunos mandatarios prioricen la relación con el Ejecutivo nacional, mientras que en el peronismo buscan cerrar filas y aislar a Milei.
La estrategia del Gobierno consiste en demorar o trabar el tratamiento de la reforma de los DNU para ganar tiempo político. En paralelo, busca exhibir capacidad de negociación ante un Congreso donde no tiene mayoría propia. El oficialismo apuesta a acuerdos puntuales que le permitan avanzar sin ceder poder estructural.
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Por el lado del peronismo, la advertencia también tiene un mensaje interno. Busca reafirmar la conducción de Martínez en la Cámara y mostrar cohesión frente a un escenario legislativo inestable. La amenaza de romper el quórum funciona como una carta fuerte para marcar límites.
La pulseada deja en evidencia el delicado equilibrio entre las provincias y el Gobierno nacional. Cada movimiento es medido y cada gesto puede tener efectos políticos concretos. La sesión se perfila como una de las más tensas de las últimas semanas.
Los próximos días serán decisivos para saber si el peronismo logra sostener su estrategia y si los gobernadores de Provincias Unidas resisten las presiones de la Casa Rosada. El resultado de esta votación marcará el tono de la relación política para lo que resta del año.





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