Escándalo en el Valle: hay 3000 expedientes por desviar agua del río Chubut

La crisis del agua en el Valle chubutense sumó un nuevo elemento explosivo. El Instituto Provincial del Agua (IPA) informó que hay al menos 3000 expedientes abiertos a productores que habrían desviado agua del río Chubut de forma clandestina. Las maniobras afectan directamente el caudal del río y ponen en riesgo el abastecimiento para las ciudades y la producción local.

Los bajos niveles del río encendieron las alarmas entre intendentes, cooperativas y chacareros. Con un verano largo y caluroso en el horizonte, el Dique Ameghino podría alcanzar en los próximos meses una cota de 137 metros, uno de los registros más bajos de los últimos años. Este escenario amenaza con comprometer la potabilización en varias localidades y golpear de lleno a la actividad agrícola.

En los últimos días, productores advirtieron una baja abrupta del cauce al llenarse los canales de riego, lo que desató sospechas sobre el manejo del agua y los controles oficiales. Comercios de Trelew ya comenzaron a encargar bidones a proveedores, anticipándose a eventuales cortes. Lo mismo ocurre en Rawson, Gaiman, Dolavon y 28 de Julio, donde las cooperativas se reunirán esta semana para evaluar la situación.

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Darío James, intendente de Gaiman, convocó a una reunión urgente con autoridades provinciales y referentes de Hidroeléctrica Ameghino. Solo Luka Jones, de 28 de Julio, asistió en persona; los demás municipios enviaron representantes. El encuentro, que duró más de dos horas, sirvió para poner sobre la mesa las cifras reales de un problema que crece.

Parra, titular del IPA, explicó que la prioridad es garantizar el abastecimiento de agua a la población, aunque reconoció que el escenario exige una revisión profunda en la administración del embalse y del uso que hacen los productores. “Vamos a revisar algunas cuestiones que tienen que ver con la administración del embalse. Hay reglas que hay que cumplir en función del contrato de concesión”, afirmó.

Julio Kresteff, presidente de la Compañía de Riego, fue más directo: “Largamos el agua en todos los canales y se vació el río, ese fue el problema”, explicó. Según su visión, la situación es comparable a la de 2021, cuando el sistema logró sostenerse con niveles similares. También destacó que hoy el 60% de los productores paga el canon de riego, frente al 12% de años anteriores.

Pero detrás de la baja de caudal hay un factor estructural: el desvío ilegal de agua. El IPA confirmó que miles de productores utilizan canales clandestinos para irrigar sus campos sin autorización, afectando el caudal que llega al Dique Ameghino y, en consecuencia, a todo el valle. “El robo de agua se da desde las zonas altas y termina impactando en la parte baja, donde el recurso escasea”, señalaron desde el organismo.

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Gracias al uso de drones, se detectaron desvíos y declaraciones fraguadas que antes pasaban desapercibidas. Los investigadores sostienen que gran parte del problema puede revertirse si se mejora la eficiencia y se aplican controles reales.

Parra precisó que “toda la población de 300.000 habitantes toma dos metros cúbicos por segundo. Como mínimo, 8 metros cúbicos por segundo van al mar. Cada 40 días se tira al mar un año de agua potable”, graficó. Para revertir esta situación, el IPA trabaja junto a universidades, CENPAT e INTA en un plan para definir el caudal ecológico del río y optimizar el sistema de riego.

La combinación de sequía prolongada, desvíos ilegales y baja eficiencia pone en tensión a toda la región. Si no se actúa rápido, el próximo verano podría ser uno de los más complicados para el Valle en materia hídrica.