Joaquín Levinton, sin filtro: “No tengo etiquetas, me parece que encasillan”

Otros Temas22/10/2025

Joaquín Levinton

Joaquín Levinton nunca pierde la chispa. Ícono del rock nacional, se muestra tal cual es: auténtico, libre y con humor. “Soy sociable, me encanta conversar con la gente y conocer sus historias”, dice el líder de Turf, que hoy mezcla el cariño de sus fans históricos con el afecto de nuevas generaciones que lo descubrieron en Masterchef Celebrity.

En la charla, reconoce que no cree en las etiquetas sentimentales. “No manejo ese concepto, me parece que encasilla”, asegura. Su visión sobre el amor es simple y directa: “Prefiero vivir con puertas abiertas y sin celos. La posesión, la rutina y los reclamos son los que arruinan las relaciones”.

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Con su estilo despreocupado, describe su cita ideal con una sonrisa: “Buen humor, luz tenue y tragos. No cocino ni loco: pido delivery”. Se ríe de sí mismo y confiesa que, aunque muchos lo asocian con la cocina por su paso por la tele, no le interesa aparentar lo que no es. “No cocino bien, aprendí a hacer que cocino”, dice entre carcajadas.

A tres décadas del nacimiento de Turf, la banda celebra con Polvo de estrellas, un disco que reúne clásicos reversionados junto a artistas de distintas generaciones. “Es Turf haciéndose un cariño a sí mismo”, explica Levinton sobre el álbum que incluye duetos con Lali Espósito, Fito Páez, Miranda!, Milo J, Vicentico y La Delio Valdez. “Nos animamos a mezclar mundos, a jugar con sonidos nuevos y compartir canciones con artistas que admiramos”.

El músico asegura que la química del grupo sigue intacta. “Somos familia, nos conocemos hace treinta años y nos seguimos riendo igual”, cuenta. “Salir de gira es como un viaje de egresados. Tenemos un micro con barra, camas y un living con PlayStation. A la noche se arma la fiesta, termina con el amanecer y parece un sueño”.

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Entre anécdotas, Levinton reflexiona sobre lo vivido: “Todo lo que soñaba lo conseguí y cosas que no imaginaba, también. Tocamos con Charly García, Supergrass, los Rolling Stones… grabamos en vinilo, llenamos estadios y seguimos juntos. Es un milagro. Nadie está treinta años con alguien sin separarse”.

Su vida está repleta de historias dignas de película. “Estuve preso en Chaco, en Brasil y en Córdoba”, confiesa sin dramatismo. De esa última vez recuerda cada detalle: “Me desmayé antes de un show, me desperté a la mañana y un policía me llevó preso. Terminé cantando ‘Loco un poco’ en la celda a cambio de un cigarrillo”. Lo cuenta con la misma naturalidad con la que habla de componer o pasear al perro.

Tampoco se olvida de su paso por la tele. “A mí Masterchef me mostró a otro público. Aprendí que el limón va con todo y que la simpatía vale más que saber cocinar”, resume. Entre risas, lanza un consejo para los nuevos: “Pónganse en el lugar izquierdo, ahí te ven menos las cámaras”.

Con los años, mantiene intacto el espíritu lúdico. “Tomo todo como un juego. Hasta la música, aunque me lo tome en serio, la disfruto como un chico”, afirma. Esa forma de ver la vida lo mantiene liviano, incluso cuando recuerda deudas millonarias o enredos insólitos. “Debía 23 años de Aysa. Me parecía caro y no lo pagué. Me bañaba feliz sabiendo que cada gota era gratis”, relata entre risas.

Para Levinton, la suerte es una constante. “Tengo suerte a otro nivel. Una vez levanté la mano para pedir un cigarrillo y se me cayó uno en los dedos”, cuenta divertido. “Creo que hay una fuerza mayor que me acompaña, porque siempre salgo adelante”.

Sus referencias también lo definen. “Me marcaron mi mamá, mi papá, Charly García, Calamaro, Maradona y el Burrito Ortega”, enumera. De Charly recuerda una enseñanza: “Un día dijo ‘say no’, y entendí que hay veces que simplemente hay que decir que no”.

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Levinton vive como canta: con intensidad, humor y cero filtro. A su manera, convirtió la vida en una sucesión de escenas imposibles que siempre terminan con una sonrisa. “Lo que soñé lo viví, y más también”, resume el músico que sigue jugando como el primer día.

Fuente: Gente