
Caputo rediseña Ganancias y prepara un impuesto adaptado a los “salarios dinámicos”
Política24/10/2025
Sergio Bustos
El Gobierno avanzará con una reforma integral del Impuesto a las Ganancias, adaptada al concepto de “salarios dinámicos” que impulsa la nueva reforma laboral. El ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que el nuevo sistema “va a favorecer a todos: Nación, provincias, empresarios y trabajadores”.


El objetivo oficial es simplificar el esquema y reducir la carga sobre asalariados y jubilados, que hoy suman 737.584 contribuyentes en todo el país. De ese total, 640.837 son empleados en relación de dependencia y 96.747 jubilados o pensionados.
Caputo adelantó que “habrá una baja de Ganancias para las personas físicas y un incentivo para ampliar el mercado de capitales” como parte de la reforma tributaria que el Ejecutivo enviará al Congreso en los próximos meses.
El nuevo modelo busca integrar el régimen impositivo con la estructura salarial que proyecta la reforma laboral. “Los salarios mínimos convencionales pasarían a ser techo y no piso, dejando a las empresas libertad para otorgar aumentos adicionales”, explicó el tributarista Daniel Pérez. Este cambio, dijo, “obligará a ajustar el impuesto a las nuevas pautas de remuneración flexible”.
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Hoy, un trabajador soltero sin hijos comienza a tributar Ganancias desde un salario bruto de $2.843.000, mientras el umbral de pobreza se ubica en $1.176.000. “Sueldos que no expresan una gran capacidad contributiva terminan pagando la tasa máxima del 35%”, advirtió Carlos Fernández, de Crowe Argentina.
En el caso de los jubilados, la deducción especial equivale a ocho haberes mínimos, lo que deja fuera del impuesto a la mayoría del sector pasivo. A octubre, el tope mensual es de $2.610.387, frente a un haber máximo de $2.195.679.
Los especialistas coinciden en que la reforma no debe limitarse a actualizar mínimos, sino a devolver progresividad al tributo. “El sistema actual castiga a la clase media asalariada, cuando originalmente apuntaba a las altas rentas”, señaló Francisco Blanco, de FABTAX Tributaristas.
Entre las propuestas se destacan una actualización trimestral automática del mínimo no imponible, la ampliación de deducciones por educación, salud y vivienda, y la equiparación de los autónomos con los empleados en relación de dependencia.
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“Los trabajadores independientes siempre fueron los olvidados del sistema”, subrayó Pérez. También se plantea revisar el régimen de retenciones para aliviar la carga financiera sobre este sector, que paga anticipos y adelantos durante todo el año fiscal.
Félix Rolando, de Andersen Argentina, consideró que “la escala actual es demasiado corta y genera saltos injustos en la carga fiscal”. Propuso ampliar los tramos y ajustar las alícuotas por inflación para que la tasa máxima solo alcance a quienes realmente tienen ingresos altos.
En cuanto a las deducciones, los tributaristas reclaman que se actualicen montos congelados hace años. Hoy se pueden descontar solo $20.000 anuales por intereses hipotecarios y $996 por gastos de sepelio. “Debería admitirse la deducción total de alquileres y gastos médicos, porque no representan riqueza sino necesidad”, apuntó Rolando.
La reforma tributaria, prevista para 2026, buscará alinear el impuesto con la nueva estructura laboral, reducir distorsiones y aliviar la presión sobre más de 700 mil trabajadores y jubilados, en un contexto donde los sueldos formales siguen perdiendo poder de compra frente a la inflación.
















