El horror en una estancia: un peón denunció torturas, golpes y amenazas de muerte de sus patrones
Policiales25/10/2025
REDACCIÓN
joven peón golpeado
Un peón de campo de 20 años identificado como Agustín F. denunció haber sido brutalmente torturado y amenazado por sus dos empleadores en una estancia de la localidad bonaerense de Vedia, en un episodio que la justicia investiga como privación ilegal de la libertad, lesiones y coacción agravada, aunque sus abogados reclaman que se encuadre como intento de homicidio.
El hecho ocurrió el 30 de septiembre, alrededor de las 19.30, en una propiedad rural situada sobre la Ruta Nacional 7, camino a J. B. Alberdi. Según la denuncia, los agresores —identificados como S.A. y D.A.— golpearon y ataron al joven, lo mordieron, lo amenazaron con un arma de fuego y le advirtieron que lo harían desaparecer en un tanque de cal viva si se atrevía a hablar.
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Agustín contó que la agresión comenzó cuando compartía unos mates con sus jefes en una casilla de la estancia. “Sin mediar discusión, empezaron a golpearlo con patadas y puñetazos hasta derribarlo”, señala la presentación judicial. Luego le ataron las manos y los pies con precintos plásticos y uno de ellos le mordió la oreja derecha, provocándole una mutilación parcial y sangrado abundante.
El relato continúa con un nivel de violencia aún mayor. Los acusados lo golpearon con un fierro utilizado para el trabajo rural y le causaron severas lesiones en las rodillas, la tráquea y el rostro. En medio de la agresión, uno de los hombres le apuntó con una carabina negra y otro le mostró una jeringa con un líquido gris, diciéndole que eso le “iba a detener el corazón”. Luego le dieron una patada en el cuello que, según los peritos, podría haber sido mortal.
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“Te vamos a meter en una lata con cal viva para que nadie te encuentre”, le dijeron los agresores, según consta en la denuncia. Tras casi una hora y media de tortura, los hombres subieron a Agustín a una camioneta azul, colocaron toallas para no manchar los asientos con sangre y lo llevaron hasta su casa en Junín. Antes de dejarlo, le dieron pastillas de diclofenac y le ordenaron ducharse con agua caliente, advirtiéndole que si hablaba lo matarían a él y a su familia.
A pesar de las amenazas, Agustín decidió denunciar lo ocurrido. Sus abogados, Anabella Sandoval y Matías Almeyra, confirmaron que el joven sufrió fracturas en el seno maxilar, desplazamiento del tabique nasal y heridas en la tráquea, además de un cuadro de trauma psicológico severo. “Quedó psicológicamente destruido”, aseguraron.
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La Justicia de Garantías ordenó allanamientos y secuestró los teléfonos de los acusados, además de jeringas, precintos y otros elementos relacionados con el caso, aunque por el momento no concedió la detención de los sospechosos. Sí dispuso una medida de restricción de acercamiento, hasta que la causa avance en su calificación.
Los representantes legales del joven insisten en que la violencia y las amenazas fueron tan extremas que el caso debe ser considerado un intento de homicidio, y reclaman que se endurezcan las medidas judiciales para garantizar la seguridad de la víctima.
La comunidad rural de Vedia se mantiene consternada por la brutalidad del hecho, que expone una trama de abuso laboral, maltrato y crueldad en un ámbito de aislamiento y silencio. Mientras tanto, Agustín continúa bajo tratamiento médico y psicológico, intentando recuperarse de una pesadilla que, según sus abogados,“podría haber terminado en un crimen”.
Fuente: Infobae
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