
Nicolas Mahut se retiró y fue parte de partido de tenis más largo de la historia
Deporte29/10/2025
REDACCIÓN
Nicolas Mahut le puso punto final a su carrera profesional en París, el lugar donde empezó a construir su historia. A los 43 años, el francés se despidió en el Masters 1000 que lo vio campeón en 2019 y recibió una ovación conmovedora del público. Fue el cierre de una trayectoria marcada por la constancia, la técnica y una pasión inquebrantable por el tenis.


Su último encuentro fue en la modalidad de dobles, acompañado por el búlgaro Grigor Dimitrov. Juntos cayeron en el super tie-break ante Hugo Nys y Edouard Roger-Vasselin, en un partido cargado de emoción. Aunque el marcador (6-3, 3-6 y 10-4) no lo favoreció, Mahut se retiró con la sonrisa de quien lo dio todo.
El francés había tenido un año difícil, con pocas victorias y varios altibajos físicos, pero nunca perdió el compromiso. Eligió despedirse frente a su gente, en la capital de su país, donde el tenis es casi religión. Las tribunas del Accor Arena lo despidieron de pie, reconociendo a un deportista que trascendió las estadísticas.
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A lo largo de su carrera, Mahut consiguió cuatro títulos en singles y cinco Grand Slams en dobles. Junto a su compatriota Pierre-Hugues Herbert formó una de las parejas más exitosas del circuito. Llegó incluso a ser número uno del mundo en esa categoría, algo que pocos franceses habían logrado.
Sin embargo, el nombre de Mahut quedará ligado para siempre a aquel maratónico partido de Wimbledon 2010 ante John Isner, el más largo en la historia del tenis. Fueron 11 horas y cinco minutos de pura resistencia, repartidos en tres días que asombraron al planeta deportivo. Ninguno de los dos imaginó que ese duelo cambiaría sus vidas para siempre.
El partido comenzó con normalidad el 22 de junio, pero pronto tomó un rumbo insólito. Tras cuatro sets parejos, la falta de luz natural obligó a suspenderlo al caer la tarde, algo habitual en el tradicional torneo inglés. El marcador, 2-2, anticipaba una batalla sin precedentes.
Al día siguiente, el duelo se reanudó y rompió el récord de duración a las 17:45, cuando el marcador estaba igualado en 32 juegos. A esa altura, los jugadores ya mostraban signos de agotamiento extremo. Sin embargo, el público seguía expectante cada punto, consciente de estar presenciando una página eterna del deporte.
Cuando la oscuridad volvió a cubrir Londres, el partido fue suspendido por segunda vez. La cancha 18 se transformó en un símbolo de resistencia y honor. El jueves 24 de junio, finalmente, llegó el desenlace que quedaría grabado en la historia.
A las 16:48, John Isner cerró el partido con un passing shot paralelo de revés. El marcador fue 70-68 en el quinto set, y el abrazo posterior entre ambos rivales conmovió al mundo. En las gradas, la reina Isabel II aplaudió emocionada, consciente de haber visto un momento irrepetible.
Los números del encuentro son aún asombrosos: 980 puntos jugados, 216 aces y 490 winners totales. Mahut ganó incluso más puntos que su rival, pero la suerte del tenis no siempre recompensa al que más intenta. El francés se marchó ese día con el reconocimiento del público y del propio Isner.
“Jugamos el mejor partido de la historia, en el mejor torneo de todos”, declaró Mahut después, exhausto pero feliz. La frase dio la vuelta al mundo y lo convirtió en un símbolo de humildad y deportividad. Pocos jugadores fueron tan respetados por su entrega.
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El francés continuó en el circuito y reinventó su carrera en el dobles. En 2016, junto a Herbert, levantó el trofeo de Wimbledon y cerró el círculo de su historia con el césped londinense. Fue su revancha simbólica, seis años después de aquella maratón.
Hoy, Mahut se retira dejando un legado de esfuerzo, talento y amor por el deporte. Su nombre quedará asociado a la resistencia, la elegancia y la pasión del tenis francés. En París, su adiós fue un homenaje a la dedicación de toda una vida.
Con lágrimas, aplausos y emoción, el tenis le dijo adiós a un competidor ejemplar. El partido más largo de todos sigue vivo en la memoria colectiva. Nicolas Mahut se marcha, pero su historia seguirá inspirando a cada jugador que levante una raqueta.
















