

El fútbol argentino despide con pesar a Juan Carlos “Tito” Carotti, quien falleció a los 83 años y deja una profunda huella en la historia de San Lorenzo y en la formación de generaciones de futbolistas. Su partida conmovió al ambiente deportivo, que recordó su talento, su carácter docente y su vínculo permanente con el club azulgrana.


Oriundo de Casilda, provincia de Santa Fe, Carotti inició su carrera profesional en Newell’s Old Boys en 1960. Un año después llegó a San Lorenzo, donde se convirtió en una de las figuras del célebre equipo de los “Carasucias” de 1964, aquel grupo juvenil que cambió el modo de jugar y que compartió plantel con figuras como Héctor “Bambino” Veira y Roberto Telch.
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Durante cinco temporadas en el “Ciclón”, Carotti fue parte de una delantera audaz y recordada por su juego ofensivo, que marcó una época para el fútbol argentino. Su estilo atrevido y su personalidad lo convirtieron en un símbolo del club y en un referente para los jóvenes que buscaban llegar a Primera.
Tras su etapa en San Lorenzo, continuó su carrera en Unión de Santa Fe, luego emigró a Colombia y finalizó su recorrido profesional en Gimnasia de Jujuy, con un paso previo por Estudiantes de Buenos Aires. Su trayectoria como jugador combinó talento, experiencia y un profundo amor por el juego.
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En su faceta como entrenador, Carotti dirigió a San Lorenzo, Deportivo Laferrere y San Miguel, además de asumir desafíos fuera del país, como cuando estuvo al frente de los Destroyers de Bolivia en 2005. Sin embargo, su verdadera vocación siempre fue la enseñanza y la formación juvenil.
Durante los últimos años, se dedicó al trabajo con las divisiones inferiores del club de Boedo, donde dejó una marca indeleble como maestro de generaciones. Fue el descubridor y formador de Ángel Correa, quien se consagró campeón de la Copa Libertadores 2014 con San Lorenzo y del mundo con la Selección argentina en Qatar 2022.
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Su compromiso con los jóvenes futbolistas fue reconocido dentro y fuera del club, donde se lo recordará por su cercanía, humildad y espíritu formador. Los hinchas del Ciclón destacaron en redes sociales que “Tito” fue mucho más que un jugador: fue un símbolo de los valores del club y del fútbol bien entendido.
Con su fallecimiento, San Lorenzo pierde a un referente histórico, y el fútbol argentino a un protagonista de una era dorada. Su legado permanece en cada futbolista que formó y en cada hincha que celebró sus goles y enseñanzas.
Fuente: NA.


















