
Borboroglu pidió reencontrar el espíritu de cooperación que dio origen al turismo
Turismo30/10/2025
REDACCIÓN
El turismo en Península Valdés vuelve a ser tema de conversación entre las familias pioneras de la región. Alex Borboroglu, integrante de una de ellas, destacó la necesidad de fortalecer el diálogo entre sectores para proteger un legado que forma parte de la identidad chubutense y del reconocimiento mundial de la Patagonia.


Durante su participación en El Quinto Poder por #LA17, recordó que “Península Valdés es un destino símbolo del turismo de naturaleza y del trabajo de generaciones que creyeron en su potencial”. Señaló que las diferencias actuales pueden resolverse a través de la comunicación y la búsqueda de consensos que mantengan vivo ese espíritu fundacional.
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Borboroglu sostuvo que los caminos, miradores y zonas de observación deben gestionarse con sentido común, planificación y respeto mutuo. Valoró el trabajo de los prestadores turísticos que, desde hace décadas, promueven el cuidado de la fauna marina y la preservación del entorno, y subrayó que el turismo y la conservación “no deben ser rivales, sino aliados naturales”.
También recordó los inicios de la actividad, cuando su padre, Jorge Borboroglu, impulsó el avistaje de ballenas con la emblemática embarcación Moby Dick. “En aquellos tiempos todo se hacía con esfuerzo, con palabra y con cooperación”, dijo, y agregó que esos valores deben guiar las decisiones actuales.
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Para el empresario, los desacuerdos que hoy existen alrededor del acceso a algunas zonas del área natural “no representan un conflicto de fondo, sino una oportunidad para reencontrarse y ordenar el trabajo en conjunto”. Planteó que es necesario un espacio de diálogo amplio, donde participen los prestadores, científicos, propietarios y autoridades provinciales.
Borboroglu insistió en que el turismo es una fuente de vida para muchas familias del valle y la costa. Cada visitante que llega, destacó, lo hace atraído por la posibilidad de observar fauna en libertad y disfrutar de un entorno único, lo que obliga a todos los actores a cuidar la imagen del destino.
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En ese sentido, subrayó que el respeto por la naturaleza y el orden en los accesos no deben implicar restricciones innecesarias, sino acuerdos que faciliten la convivencia entre conservación, producción y turismo responsable.
“El alambrado más grande es el que nos ponemos cuando dejamos de hablar”, reflexionó. Sostuvo que recuperar los vínculos y la confianza entre quienes integran la cadena turística permitirá mantener la reputación internacional de Península Valdés y fortalecer la economía regional.
El llamado final fue a cuidar lo construido, a sumar miradas y a preservar el legado de quienes apostaron por el turismo patagónico. “El destino es de todos, y todos debemos sentirnos parte de su cuidado”, resumió Borboroglu.

















