Rusia bombardeó infraestructura energética y de transporte vinculada al ejército ucraniano

Rusia lanzó un nuevo ataque masivo contra infraestructuras energéticas y de transporte en territorio ucraniano, según confirmó el Ministerio de Defensa en un comunicado oficial difundido este domingo en Moscú. Las operaciones, ejecutadas de manera coordinada por la aviación táctica, unidades de misiles, drones y artillería, alcanzaron 143 objetivos considerados estratégicos para el abastecimiento del ejército ucraniano.

El texto detalló que entre los blancos atacados se encuentran instalaciones energéticas que abastecen al complejo militar-industrial de Ucrania, depósitos logísticos y bases de despliegue temporal de tropas y mercenarios extranjeros. De acuerdo con la versión difundida por la cartera de Defensa, los ataques tuvieron como objetivo interrumpir las líneas de suministro utilizadas por las fuerzas ucranianas en el frente oriental.

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“La operación combinada incluyó el uso de drones de ataque, misiles y artillería en 143 zonas distintas”, precisó el informe. En paralelo, las fuerzas rusas aseguraron haber destruido en las últimas 24 horas un misil de crucero Neptuno de largo alcance, siete cohetes HIMARS de fabricación estadounidense y 247 drones ucranianos.

El Ministerio ruso señaló que desde el inicio de la denominada “operación militar especial”, en febrero de 2022, han sido derribados 95.801 drones ucranianos, una cifra que refleja la magnitud del uso de aeronaves no tripuladas en el conflicto. Aunque los datos no pudieron ser verificados de forma independiente, el comunicado subraya la persistencia de la ofensiva aérea como herramienta central en la estrategia de Moscú.

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Las autoridades ucranianas, por su parte, denunciaron nuevos cortes de energía y daños en redes ferroviarias en regiones del centro y este del país, aunque no brindaron detalles sobre víctimas ni pérdidas materiales. Los ataques se suman a una serie de bombardeos sobre infraestructura eléctrica y energética que Rusia ha intensificado durante el otoño, en un intento de limitar la capacidad operativa del sistema militar ucraniano.

En medio del recrudecimiento de las hostilidades, analistas internacionales señalan que los ataques contra instalaciones civiles con uso militar indirecto buscan presionar la logística de Kiev y afectar la moral en vísperas del invierno. Mientras tanto, las defensas antiaéreas ucranianas aseguran haber interceptado una parte de los proyectiles lanzados desde territorio ruso.

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El nuevo episodio refleja la escalada sostenida del conflicto y el impacto directo sobre la infraestructura del país, que enfrenta una de las ofensivas más intensas de los últimos meses, en un contexto de estancamiento militar y desgaste humanitario a gran escala.

Fuente: NA.