La Academia de Medicina rechazó los tratamientos de transición de género en menores

La Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires emitió una posición firme sobre las intervenciones destinadas a la transición de género en niños y adolescentes. La declaración se conoció luego de su plenario del 25 de septiembre, en respuesta a las consultas judiciales que la institución recibe sobre prácticas como la castración farmacológica, los bloqueadores hormonales y las cirugías de reasignación sexual.

“La Academia no avala ningún tratamiento médico ni intervenciones quirúrgicas que tiendan a modificar el sexo”, señala el texto difundido por la entidad. El documento aclara que esa postura se basa en principios éticos y científicos, y que busca proteger la salud y el desarrollo natural de los menores.

El pronunciamiento llegó pocos meses después de que el Gobierno nacional limitara este tipo de procedimientos. En febrero, el Ejecutivo modificó la Ley de Identidad de Género para restringir las terapias hormonales y las cirugías a mayores de 18 años. Hasta entonces, los menores podían acceder a ellas con consentimiento de sus padres y aval médico.

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La Academia advirtió sobre los efectos irreversibles que pueden provocar estos tratamientos. “Teniendo en cuenta las consecuencias deletéreas sobre la salud física y psicológica, incluido un alto porcentaje de posteriores depresiones, la Academia los desaconseja”, señala el comunicado.

El texto también destacó que otros países revisaron o suspendieron este tipo de intervenciones. Mencionó los casos de Finlandia, Suecia, Noruega, Inglaterra, los Países Bajos y varios estados de Estados Unidos, donde se decidió interrumpir las prácticas por sus riesgos y falta de sustento científico.

“Tales intervenciones conducen a situaciones no sustentadas en verdades científicas comprobadas”, sostuvo la entidad. Según la declaración, estas prácticas “atentan contra el sexo biológico al pretender reemplazarlo por una percepción sociológica o voluntarista del género”.

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La Academia propuso un abordaje diferente para los menores con disforia de género. “La atención de estos niños y adolescentes requiere un enfoque integral, centrado en ellos y sus familias, con acompañamiento estrecho de los servicios de salud mental”, agregó.

En su cierre, la institución fue categórica: “No es recomendable ni saludable frenar el desarrollo de un niño en su transición a la edad adulta. Por tanto, la Academia Nacional de Medicina las rechaza.”

El pronunciamiento generó repercusión en el ámbito médico y político, en medio de un debate mundial sobre los límites éticos de las terapias de afirmación de género. En Argentina, la discusión sigue abierta.