
A 33 años del caso Barreda, sus anteojos se ofrecen por una suma millonaria
Policiales15/11/2025
REDACCIÓN
El 15 de noviembre de 1992 quedó grabado en la memoria colectiva. Ese día, Ricardo Barreda mató a su esposa, sus dos hijas y su suegra a escopetazos en su casona de La Plata, en uno de los crímenes más shockeantes de la historia argentina. Treinta y tres años después, el caso volvió a escena por el destino de sus bienes.


La Justicia civil platense dictaminó hace pocas semanas el abandono formal de los objetos que permanecían en la vivienda de calle 48. Los herederos no reclamaron muebles ni vehículos, entre ellos un Ford Falcon y un DKW ya expropiados por el Ministerio de Mujeres de la provincia.
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El contraste surgió por un artículo personal del femicida. Sus anteojos, célebres por su imagen pública, fueron puestos en venta por 25 millones de pesos, según confirmó su amiga, quien lo visitaba en el geriátrico donde pasó sus últimos años. Dijo que tomó la decisión porque necesitaba dinero.
El caso Barreda nunca dejó de generar controversia. Durante el juicio, el odontólogo aseguró haber actuado tras sufrir “humillaciones y destrato” por parte de su familia. Usó la palabra “Conchita” para referirse a las mujeres asesinadas, una frase que quedó asociada al horror del episodio.
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Barreda fue condenado a prisión perpetua en 1995. En 2008 obtuvo el beneficio de cumplir la pena en su domicilio por su edad avanzada. Años después, en 2016, la Justicia declaró extinguida su condena. Murió en 2020, a los 83 años, internado en un geriátrico.
La casona, escenario del cuádruple crimen, también atraviesa su propio proceso. Tras el retiro de los vehículos y la limpieza del lugar, existen proyectos sobre su futuro que generan debate entre vecinos y especialistas.
Con objetos convertidos en piezas de morbo y un inmueble declarado en abandono, el legado del caso Barreda vuelve a encender discusiones sobre memoria, justicia y los límites de la comercialización de símbolos ligados a la violencia extrema.
















