“Pidió disculpas si alguna vez fue tosco”, dijo el ginecologo acusado de abuso a sus pacientes

El debate oral por las denuncias contra el ginecólogo Diego Clementi transita su instancia final en los Tribunales de Lomas de Zamora, en un clima intenso dentro y fuera del edificio judicial. El expediente reúne acusaciones por múltiples hechos cometidos en distintos períodos, y el tramo definitorio del proceso generó presencia sostenida de familiares, denunciantes y personas vinculadas al acusado. Las audiencias se hicieron a puertas cerradas, una decisión de los jueces para preservar a quienes participan del juicio y que trasladó la tensión a la calle, donde hubo incidentes entre grupos enfrentados.

El tribunal avanzó durante casi dos meses con reuniones semanales, salvo una suspensión por licencia de la fiscal Viviana Giorgi, y este viernes quedó prevista la instancia de alegatos. La fiscalía reclamó 15 años de prisión, con la figura de “abuso sexual con acceso carnal reiterado, acceso carnal gravemente ultrajante e inhabilitación especial perpetua”. La última audiencia incluyó la declaración del imputado, quien sostuvo su inocencia y expresó: “pidió disculpas si alguna vez fue tosco”, para luego negar cada acusación.

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El expediente concentra imputaciones graves: “abuso sexual con acceso carnal cometido en forma reiterada (cinco hechos), abuso sexual gravemente ultrajante con acceso carnal (dos hechos) y abuso sexual gravemente ultrajante (seis hechos)”, según se ventiló en la sala. Clementi enfrenta una expectativa de condena que podría ir de 8 a 20 años, luego de rechazar un acuerdo previo que contemplaba una pena de tres años e inhabilitación profesional.

El acusado trabaja en una clínica privada de Burzaco, antes llamada Clínica de la Mujer y hoy bajo la denominación Sur Gametos, y también cumple tareas en el Hospital Fiorito de Lanús. El juicio incorporó además testimonios correspondientes a hechos prescriptos de 2001 y 2004, presentados para contextualizar el accionar denunciado. A esas declaraciones se sumaron dos nuevas presentaciones en noviembre, que quedaron en etapa instructoria en la Fiscalía Nº 9.

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Una de las denunciantes reconstruyó su experiencia en diálogo con Clarín y sostuvo: "Él operó a mi mamá, le salvó la vida, la operó de cáncer y después, en el mismo contexto, nos ofrece a mí y a mi hermana hacernos un chequeo como de favor, por control, por los antecedentes de mi mamá. Yo no tenía obra social, así que acepté y bueno, ahí transcurrió lo que en noviembre del 2022 logro denunciar. Ya desde el momento en el que me tomaron la denuncia fue horrible, me trataron súper mal". La declaración se incorporó como parte del relato de quienes describieron situaciones coincidentes.

Otra víctima aportó su testimonio ante los jueces y contó: "Durante todo este tiempo se fue incrementando el nivel de violencia y de provocación. Empezaron con gritos y comentarios tontos al pasar, hasta filmarnos con el celular. La esposa de Clementi me pegó un empujón". También señaló: "Se la pasan diciéndonos mentirosas. Le tiraron una taza de café encima a una de las chicas que nos acompaña, una lata de pintura. Contrataron la avioneta que circula por arriba diciendo 'Clementi inocente, víctima de falsas denuncias'. Como que se va incrementando cada vez más el hostigamiento de parte de la familia de Clementi para con nosotras, nuestra familia y nuestros abogados".

En el tramo más técnico del juicio se incorporó el planteo de la defensa, encabezada por Fernando Sicilia y Gastón Marano, quienes afirmaron que solicitarán la absolución. Sicilia sostuvo: "Lo que estamos planteando nosotros, desde un principio, es que acá no hubo lo que nosotros llamamos un elemento subjetivo distinto del dolo, que es un placer sexual por parte de Clementi. Lo que estamos hablando acá es que hay metodologías, prácticas que están aceptadas médicamente, que pueden ser violentas para las mujeres. De hecho, Clementi atendió miles de mujeres y tiene 14 denuncias o 13 denuncias". Y agregó: "Lo que nosotros decimos es que, además, hubo una especie de contaminación. De lo que hablamos es de sensaciones, no de hechos de abuso. Nosotros lo que vamos a pedir es la absolución, de hecho, vinieron médicos y todos han dicho que la práctica, detalles más, detalles menos, realizada por Clementi, era la adecuada".

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Los relatos que se expusieron durante el juicio describieron atenciones sin guantes, manoseos, comentarios y prácticas señaladas como abusivas. Entre las denunciantes hay mujeres residentes en el exterior, una de ellas declaró desde España y otra desde Estados Unidos, lo que amplió el espectro de la causa y reforzó la coincidencia entre testimonios que no tenían vínculo previo cuando realizaron sus denuncias.

La abogada Claudia Perigino, representante de las denunciantes junto a Carlos Zimerman, planteó la expectativa de que la resolución sea contundente. En su declaración pública afirmó: "Nuestra expectativa es que el poder judicial tiene la oportunidad histórica de condenar a este tipo y de entender que el abuso sexual en el consultorio existe y que tiene que detenerse. A nosotros nos parece que la sentencia tiene que ser contundente para dejar en claro que los médicos no son los dueños de las mujeres adentro del consultorio".

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Otra denunciante, también citada por Clarín, compartió una reflexión extensa sobre el impacto emocional del proceso: "La situación es triste, traumática, compleja, larga, es un peso que -en mi caso- voy a llevar toda mi vida. Estoy esperando que haya justicia, que él tenga una condena. Todo este proceso es muy doloroso, es enfrentarte constantemente a la situación de abuso que sufrí cuando tenía 27 años y es una carga enorme saber que este médico está ejerciendo actualmente y seguramente sigue abusando de otras chicas". Y completó: "La lucha por una condena y para que le saquen la matrícula. Es para reparar lo que a mí me pasó pero sobre todo para que esto no le vuelva a pasar a ninguna otra. Una va en plena confianza a atenderse en un consultorio, con un médico, y lo que menos espera es que le pase algo como esto: el médico abusó, tocó, manoseó, introdujo los dedos. Comparás con otras experiencias de consulta ginecológica y sabés, entendés, que está mal lo que pasó. No hay dudas, es muy claro y cada día eso se ratifica más, no es casualidad que hayan tantas víctimas, es un modus operandi que esta persona tiene".

Fuente: Diario Clarín