

Australia registró un cambio histórico en su perfil sanitario luego de que la demencia se convirtiera en la principal causa de muerte durante 2024, un dato que nunca había ocurrido y que modifica la lectura sobre los desafíos del envejecimiento poblacional. Los números fueron difundidos por la Oficina Australiana de Estadística (ABS), que identificó 17.549 fallecimientos vinculados a demencia, incluidos los casos asociados a la enfermedad de Alzheimer.


Este registro superó a las cardiopatías isquémicas, que durante décadas encabezaron las estadísticas nacionales. En 2024 se contabilizaron 16.275 muertes por afecciones cardíacas, lo que redujo en casi un tercio la cifra de 2006. La ABS atribuye esta transformación al envejecimiento progresivo de la población, que ahora llega a edades en las que la incidencia de demencia aumenta de manera marcada.
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El informe también muestra que el 68,2 % de todas las muertes registradas correspondió a personas mayores de 75 años, una proporción que creció de manera sostenida en las últimas dos décadas. La ABS destacó que este fenómeno se observa con mayor fuerza en mujeres, debido a su mayor esperanza de vida. “Los datos actuales muestran que el 62,4 % de las personas que fallecieron por demencia eran mujeres”, explicó Lauren Moran, jefa de estadísticas de mortalidad del organismo.
La demencia ya ocupaba el primer lugar entre las causas de muerte en mujeres desde 2016, pero ahora escaló al primer puesto en el total de la población. Entre los hombres, la cardiopatía isquémica conserva el liderazgo con 10.153 fallecimientos durante 2024, aunque con una tendencia a la baja que se mantiene desde hace años.
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El panorama proyectado por organismos sanitarios alerta sobre la dimensión del problema a futuro. El Instituto Australiano de Salud y Bienestar estima que más de un millón de personas vivirán con demencia en 2065, lo que presiona la planificación de políticas públicas vinculadas a cuidados prolongados, infraestructura sanitaria y apoyo familiar.
El informe también analiza otras causas de muerte relevantes. Las enfermedades respiratorias crónicas de las vías bajas ocuparon el tercer lugar en el ranking de 2024, seguidas por las enfermedades cerebrovasculares y el cáncer de pulmón. En paralelo, crecieron las muertes relacionadas con el consumo de drogas y alcohol, mientras que 3.307 personas se suicidaron, un dato que profundiza la necesidad de reforzar estrategias de salud mental.
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Australia enfrenta así un cuadro sanitario más complejo, marcado por el envejecimiento y la expansión de enfermedades neurodegenerativas, que obliga a revisar programas de prevención, cuidados y acompañamiento para una población que llega a edades más avanzadas que en generaciones anteriores. Los especialistas coinciden en que la información publicada ofrece una radiografía precisa del impacto demográfico y sanitario que atraviesa el país.


















