
La Orquesta Infantil celebra su cierre anual con un doble concierto abierto en Madryn
Chubut20/11/2025
REDACCIÓN
La Orquesta Infantil del barrio Perón se prepara para un cierre de año en El Uno y la Belleza, que busca emocionar al público, con dos conciertos pensados para mostrar el trabajo realizado durante todo el ciclo. Las docentes Silvina Selzer y Anita Pomar, explicaron a #LA17 que ésta etapa es clave para consolidar la experiencia grupal y fortalecer la confianza escénica.


El primer concierto será a las 17 hs y estará dedicado exclusivamente a los niños más pequeños, de entre tres y cinco años, junto a quienes iniciaron primaria este año. Las docentes remarcan que “es su primer concierto solitos”, y celebran que puedan vivirlo en un espacio cuidado y pensado especialmente para ellos.
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A las 18 será el turno del repertorio universal, interpretado por los estudiantes que están finalizando la primaria. El programa incluirá obras que van desde Mozart hasta ritmos folklóricos como la chacarera, con la particularidad de que los grupos se presentarán por separado y luego se unirán en un gran cierre.
El trabajo con niños tan pequeños se apoya en el método Suzuki, una propuesta pedagógica que enseña a tocar un instrumento imitando el modo en que se aprende la lengua materna. Las profesoras explican que el aprendizaje surge del juego, la escucha sostenida y un fuerte acompañamiento afectivo.
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La estrategia se basa en la imitación constante, donde el niño reproduce movimientos y sonidos de su docente para incorporar hábitos musicales. “Un niño aprende porque escucha, escucha y un día se larga”, explican, y destacan que ese proceso ocurre con naturalidad cuando el entorno es amable y estimulante. "Hay cinco Orquestas en todo el país que aprenden con éste método, y la nuestra es una de ellas", remarcaron.
La orquesta trabaja principalmente con violines y violonchelos, sumando este año acompañamiento de piano para enriquecer la afinación grupal. El equipo docente está formado por profesoras y exalumnos que hoy enseñan a nuevas generaciones, lo que refleja la continuidad del proyecto en la comunidad.
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Para muchos chicos, presentarse en público implica una mezcla de entusiasmo y concentración, aunque casi sin nerviosismo. Las docentes aseguran que los más pequeños “tienen cero pánico escénico”, y que la confianza se construye con rutinas claras, juegos específicos y una formación musical respetuosa.
El crecimiento del proyecto ha sido sostenido y sorprendente, al punto de registrar muy baja deserción durante el año. Las familias acompañan de forma activa y participan en traslados, ensayos y conciertos, lo que permite sostener un espacio que requiere dedicación constante y recursos materiales limitados.
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Aunque las vacantes para 2025 son escasas por la continuidad de los grupos, el anhelo es sumar profes, más instrumentos y nuevas especialidades. El desafío del año próximo será formar asistentes y ampliar el equipo, para que cada vez más niños puedan acceder a la experiencia musical colectiva.


















