
Cristina escuchó las confesiones que la vinculan al sistema de recaudación en la causa Cuadernos
Policiales21/11/2025
REDACCIÓN
El juicio por la causa conocida como Cuadernos de las coimas tuvo una nueva audiencia en la que, una vez más conectada de manera virtual, Cristina Fernández de Kirchner escuchó la lectura de los testimonios de exfuncionarios y empresarios arrepentidos. La fiscalía sostiene que esos relatos reconstruyen un esquema de recaudación ilegal de fondos durante más de una década, con la expresidenta acusada como jefa de una asociación ilícita dedicada a la percepción de sobornos.


En esta tercera jornada ante el Tribunal Oral Federal 7, integrada por Enrique Méndez Signori, Fernando Canero y Germán Castelli, el eje estuvo puesto en los llamados “aportes de los imputados colaboradores”. Según la acusación, los testimonios de 25 arrepentidos fueron “una parte fundamental para el esclarecimiento de los hechos investigados”, y por eso se incluyeron en el requerimiento de elevación a juicio que se está leyendo de manera íntegra antes del inicio de la etapa de producción de prueba.
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Uno de los nombres centrales volvió a ser el de Oscar Centeno, exchofer de Roberto Baratta y autor de los cuadernos que dieron origen a la causa. En sus declaraciones, cuyo extracto fue repasado en la audiencia, describió el traslado de bolsos con dinero durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Centeno relató que “cuando Cristina Kirchner ya era presidenta de la Nación, también llevábamos los bolsos con dinero” y ubicó parte de esas entregas en la Quinta de Olivos, con un esquema que incluía contactos telefónicos previos y la intervención de secretarios presidenciales.
Los magistrados también repasaron pasajes de la confesión de Centeno sobre el funcionamiento interno de ese circuito. En sus anotaciones, definidas en la instrucción como una “bitácora de la corrupción”, dejó asentados “fechas exactas, horarios, puntos de encuentro” y descripciones de las personas que entregaban y recibían bolsos con dólares, tanto en Olivos como en otros domicilios. Esos cuadernos, seis de los cuales obran en la causa en formato original, fueron homologados como prueba por el fallecido juez Claudio Bonadio durante la etapa de investigación.
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Otro tramo relevante de la audiencia giró en torno a la declaración de José López, exsecretario de Obras Públicas, condenado en otras causas y hoy detenido en Ezeiza. López afirmó que entre 2005 y 2010 “se desarrolla un sistema que consistía en recaudar” y que su función era coordinar entregas con Daniel Muñoz, entonces secretario privado de Néstor Kirchner, con montos que, según su relato, podían ir de 100.000 a 300.000 dólares o euros en dos o tres entregas semanales. Para la fiscalía, ese esquema se aplicaba sobre anticipos financieros y certificados de obra.
En su testimonio, López ubicó a la expresidenta en el centro de la escena en un momento posterior al fallecimiento de Néstor Kirchner. Contó que en enero de 2011 Cristina lo convocó a Olivos y le dijo: “Podés ser parte del problema o de la solución”, mientras le mostraba uno de los cuadernos donde, según su versión, el expresidente anotaba decisiones y audiencias. López aseguró que “a Cristina le conté todo, que había un sistema de recaudación con las obras viales”, y que luego Julio De Vido le transmitió que la operatoria debía retomarse para la campaña electoral de ese año.
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La audiencia también incluyó la lectura de fragmentos vinculados al episodio de los bolsos que López intentó ocultar en un convento de General Rodríguez en 2016. En esa parte de su declaración, el exfuncionario describió sus temores y la relación con el entorno presidencial. Dijo que “tenía temor a Cristina Kirchner, persona muy vengativa” y que asociaba los mensajes que recibía de Fabián Gutiérrez con órdenes que “provenían de Cristina Kirchner”, siempre según su versión incorporada al expediente como arrepentido.
El tercer testimonio fuerte repasado fue el de Claudio Uberti, exresponsable del Órgano de Control de Concesiones Viales y figura cercana al matrimonio Kirchner. Uberti relató entregas de bolsos con dólares en el departamento de la calle Uruguay y Juncal, en la Ciudad de Buenos Aires, y dijo que “Daniel Muñoz me recibía el dinero en la calle Juncal”, en referencia al secretario privado que falleció en 2016. En una de esas visitas, aseguró haber visto numerosas valijas con dinero listas para ser enviadas a Santa Cruz.
Uberti aportó además detalles sobre el presunto destino de esos fondos. Según su declaración, “eran tantas, alrededor de 20 valijas”, que Muñoz le comentó: “Después de esto voy poner un negocio de valijas”, y explicó que el contenido se trasladaba en vuelos oficiales a Río Gallegos, con valijas que, siempre de acuerdo a su testimonio, “tenían por destino la casa de Néstor y Cristina Kirchner en Río Gallegos”, donde habría instalaciones especiales para guardar el dinero.
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Mientras se desarrollan estas lecturas, el juicio continúa bajo modalidad virtual, pese a que la Cámara de Casación puso a disposición la Sala AMIA de Comodoro Py para audiencias presenciales tres veces por semana. El TOF 7 informó que hasta el 18 de diciembre las jornadas estarán dedicadas a la lectura de acusaciones y del rol de cada uno de los 86 imputados, antes de abrir la etapa de declaraciones, testigos y producción de prueba. En ese listado aparecen exfuncionarios, empresarios de la obra pública y ex intermediarios del esquema de recaudación.
Desde su domicilio en el barrio porteño de San José 1111, donde cumple prisión domiciliaria en el marco de la condena por la causa Vialidad, Cristina Kirchner sigue el juicio conectada por vía remota. La exmandataria escucha cada audiencia acusada como jefa de una asociación ilícita que, según la fiscalía, operó entre 2003 y 2015 para recaudar sobornos ligados a la obra pública y otros contratos estatales, acusaciones que sus defensas niegan y que deberán ser analizadas durante todo el proceso.
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Con un calendario cargado de lecturas y pruebas pendientes, el juicio de los Cuadernos se encamina a una etapa extensa en la que se buscará determinar la responsabilidad penal de los 86 acusados. La resolución final quedará en manos del Tribunal Oral Federal 7, que deberá ponderar el valor de los cuadernos, las confesiones de los imputados colaboradores y el resto de la evidencia producida a lo largo de la investigación.



















