
Debate por Ganancias: qué gastos podrían declararse para aliviar la carga fiscal en la próxima reforma
Actualidad25/11/2025
REDACCIÓN
El impuesto a las Ganancias vuelve a instalarse en la agenda económica con la intención oficial de revisar las deducciones permitidas. La idea, mencionada días atrás por el ministro de Economía Luis Caputo, apunta a permitir que los contribuyentes descuenten un abanico más amplio de gastos personales para reducir la base imponible. Aunque no hubo precisiones ni detalles del proyecto, el anticipo generó expectativas en un esquema que acumula años de deterioro por la falta de actualización y la dispersión normativa.


El sistema actual define la carga fiscal a partir de la ganancia no imponible, la deducción especial y los montos declarados por cargas de familia o gastos deducibles. Esas cifras, fijadas por ley, determinan cuánto del ingreso queda libre del impuesto. Con una inflación acumulada durante décadas y con topes que no acompañaron esa dinámica, gran parte de esas deducciones quedó reducida a valores simbólicos, lo que afecta la medición real de la capacidad contributiva.
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Entre los gastos habilitados hoy figuran alquileres de vivienda, salarios del personal doméstico, cuotas de medicina prepaga, honorarios médicos, donaciones, seguros de vida y retiro, cuotas educativas y compras de útiles escolares, además de indumentaria o equipamiento laboral. También es posible descontar intereses hipotecarios, pero solo hasta $20.000 anuales, un monto que perdió relevancia hace años. Gastos de sepelio y ciertos aportes voluntarios permanecen vigentes, aunque con topes que los vuelven irrelevantes.
La brecha entre trabajadores en relación de dependencia y autónomos profundiza las distorsiones. Según el contador Martín Caranta, socio del estudio Lisicki, Litvin y Abelovich, “el monto considerado libre del impuesto no es representativo hoy del costo de vivir dignamente”, a lo que suma “una discriminación arbitraria entre empleados y autónomos”. En el segundo grupo, los ingresos a partir de los cuales se tributa son más bajos y existe mayor flexibilidad para deducir compras necesarias para generar ingresos.
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El abogado tributarista Diego Fraga coincide con esa mirada y señala que para los asalariados el listado de deducciones es taxativo. “En autónomos hay más flexibilidad, y esa es la excusa que se usó para beneficiar menos a este grupo con reformas anteriores”, afirmó. El especialista propone incorporar como deducibles los gastos de transporte hacia el lugar de trabajo, alquileres con un esquema más robusto, intereses hipotecarios significativos y herramientas o equipamiento laboral como computadoras, celulares, software y licencias técnicas.
También sugiere sumar gastos de home office —proporción de expensas y servicios—, cursos, congresos y posgrados; servicios de cuidado de niños, adultos mayores o personas con discapacidad; aportes filantrópicos auditados; tratamientos de salud mental necesarios para sostener la actividad laboral, y aportes voluntarios a sistemas de retiro o ahorro previsional. Fraga subraya que varias decisiones del Tribunal Fiscal de la Nación deberían incorporarse a la ley, al reconocer gastos directamente vinculados con la generación de ingresos.
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La contadora Fernanda Laiún, del estudio Laiún, Fernández Sabella & Smudt, propone habilitar una deducción de hasta 20% o 30% del salario bruto por cualquier gasto hecho en Argentina y pagado por medios electrónicos. Considera además que deben eliminarse o ampliarse topes como los de seguros de retiro, educación de hijos y pagos a personal doméstico, que hoy limitan la efectividad del sistema.
Los especialistas coinciden en que los topes actuales no acompañan la inflación ni los cambios en el costo de vida. Caranta califica como “un insulto” el límite de $996,23 para gastos de sepelio. También sostiene que el tope para deducir medicina prepaga —5% del ingreso neto— es insuficiente y que los intereses hipotecarios deberían deducirse hasta montos muy superiores, especialmente cuando se incentiva el crédito privado.
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La discusión se enmarca en la incertidumbre sobre el diseño integral de la futura reforma tributaria. No está claro si se modificará el piso de ingreso para tributar, ni cómo se integrarán las nuevas deducciones en un esquema que podría depender más de las declaraciones individuales. Mientras tanto, especialistas advierten que, si bien ampliar deducciones favorecería una medición más precisa de la capacidad contributiva, no consideran que sea la prioridad inmediata. Fraga lo resume así: “No me parece que sea la reforma más urgente. Hay muchos impuestos que tocar antes y dentro de Ganancias mismo, las alícuotas corporativas deberían revisarse”.
Con la expectativa puesta en los próximos anuncios, el debate vuelve a girar en torno a un impuesto que impacta en millones de trabajadores y que arrastra distorsiones estructurales desde hace años.
Fuente: LA NACIÓN.


















