

La CONMEBOL publicó un informe que no pasó desapercibido. El organismo detalló que los premios de la Copa Sudamericana crecieron un 426% en diez años, una cifra que expone la magnitud del cambio en la economía del certamen.


La comparación toma como referencia la edición 2015, cuando Independiente Santa Fe y Huracán sumaron 18.490.000 dólares entre todas las fases. El comunicado remarcó que aquellos valores correspondían al período previo a la asunción de Alejandro Domínguez, quien llegó a la presidencia en enero de 2016.
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Una década después, el contraste es abrumador. Lanús y Atlético Mineiro alcanzaron 78.775.000 dólares en la Sudamericana 2025, un monto que posiciona al torneo en un nuevo escalón financiero. El “Granate” acumuló 9.845.000 dólares y el conjunto brasileño recibió 5.730.000 dólares por su recorrido hasta la final.
Según la entidad sudamericana, esta evolución forma parte de un proceso que buscó profesionalizar los certámenes, ampliar su alcance y mejorar la competitividad. Los clubes valoraron de inmediato la publicación, que exhibe el impacto económico que hoy ofrece la Sudamericana.
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El crecimiento no solo dinamiza a los finalistas. La mayor distribución de ingresos modifica la planificación deportiva y financiera de cientos de instituciones, que ven en el torneo una oportunidad real para fortalecer sus estructuras.
La reacción en redes y medios fue inmediata y dejó al descubierto un consenso: la Sudamericana ya no es un certamen complementario. Su salto económico la instaló como una plataforma de proyección regional y como un objetivo prioritario para muchos clubes del continente.

















