
La negociación por submarinos con Francia tiene una barrera que condiciona el acuerdo
Actualidad28/11/2025
REDACCIÓN
Las conversaciones entre la Argentina y la empresa francesa Naval Group volvieron a quedar en el centro de la agenda internacional luego de que el presidente Javier Milei confirmara en una entrevista reciente su intención de avanzar con la compra de tres submarinos Scorpene. La operación significaría recuperar una capacidad estratégica que la Armada perdió tras el hundimiento del ARA San Juan, un hecho que dejó al país sin unidades en servicio activo.


El interés argentino no es nuevo. Las gestiones comenzaron durante la gestión de Jorge Taiana y continuaron a través de una carta de intención firmada por el ex ministro Luis Petri. Los diálogos se sostuvieron incluso durante los años posteriores a la adquisición de cuatro patrulleros oceánicos para la Armada, también provistos por la firma francesa.
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La novedad llegó esta semana en Río de Janeiro, durante la botadura del cuarto submarino Scorpene construido para la Marina de Brasil. Por primera vez, un representante de Naval Group dio precisiones públicas sobre la situación. “El gobierno argentino quiere comprar submarinos”, aseguró el director de Ventas para Latinoamérica de la compañía, Laurent Mourre, ante medios regionales. “Falta acuerdo en la parte financiera y que el proceso sea iniciado de manera formal”, agregó al describir el punto que todavía frena cualquier avance concreto.
La inversión estimada ronda los US$ 2.300 millones, monto que representa el principal obstáculo para el cierre del acuerdo. El proyecto de Presupuesto 2025 ya contemplaba la posibilidad de tomar un crédito externo para una iniciativa rotulada como “Recuperación Submarina”, pero también surgió la alternativa de estructurar un pago “contra entrega” para evitar endeudamiento. La definición sobre el mecanismo de financiamiento sigue abierta.
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En su contacto con la prensa, el ejecutivo francés dio más detalles sobre la naturaleza de este tipo de operaciones. “La financiación es una cuestión, uno de los elementos que son importantes”, sostuvo, y explicó que los acuerdos suelen articularse con bancos que conocen la situación económica del país comprador. Mourre mencionó también la práctica habitual en proyectos de esta magnitud: “Lo clásico, para empezar, es el 15%”, aunque remarcó que cada proceso depende del esquema financiero acordado.
Otro punto sin definición es el lugar donde se construirían las unidades. La Argentina evalúa alternativas que van desde la adquisición directa en Francia hasta un modelo de cooperación similar al de Brasil, que fabricó sus cuatro Scorpene en el Complejo Naval de Itaguaí con transferencia de tecnología y formación de personal especializado. Sin embargo, Mourre fue prudente al referirse a esa posibilidad. “Tandanor es un astillero que necesitaría inversiones importantes para poder construir submarinos”, expresó en relación con el nivel de infraestructura requerido.
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La región latinoamericana aparece en un momento de renovación de flotas, con países como Perú, Colombia, Chile, Ecuador e Indonesia avanzando en acuerdos similares para modernizar sus capacidades navales. Brasil ya cuenta con la fuerza submarina más relevante del continente y apunta ahora a un quinto submarino, esta vez de propulsión nuclear.
En el cierre de su exposición, el directivo francés destacó el valor estratégico de la relación bilateral. “La relación geoestratégica Argentina-Francia es excelente. Es importantísimo que Francia consolide relaciones fuera de su esfera histórica”, afirmó, al subrayar el interés político que acompaña las gestiones técnicas.

















