La experiencia teatral que agota funciones y convierte al público en jurado por una hora

El interés social por los juicios televisados y las producciones de crimen real llegó esta vez a las salas teatrales de Buenos Aires con un formato que modifica la relación entre público y escena. The Jury Experience invita a cada asistente a tomar el rol de jurado durante sesenta minutos, en un esquema que replica la estructura de un juicio y presenta casos inspirados en hechos reales. La propuesta forma parte de una red que se despliega en más de 120 ciudades del mundo y amplía la tendencia de espectáculos inmersivos con participación directa del público.

La dinámica se sostiene sobre una premisa central. Cada persona en la sala tiene la misma condición y emite un veredicto después de escuchar a la querella, a la defensa y a distintos testigos, según explican los productores. En el proceso surgen debates internos entre espectadores, momentos de deliberación y análisis de pruebas que se proyectan en la sala. Al final, se revela cuál fue la sentencia real del caso que inspiró cada función.

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La productora Isabella Szpigiel, a cargo de la versión local de la obra, describió la motivación del proyecto. “Toda la experiencia está inspirada en el formato de juicios ciudadanos, que se convirtieron en fenómenos culturales”, explicó. Añadió que el público actual busca propuestas que rompan con la distancia tradicional entre escena y platea. “El público no quiere sólo estar a la distancia, quiere sentir, decidir”, señaló al referirse a la creciente demanda de contenidos vinculados con la criminología y las narrativas judiciales.

La producción aclara que los casos representan situaciones basadas en hechos reales, aunque algunos testimonios incluyen elementos ficcionados para sostener el formato. “Empezamos escribiendo la obra basándonos en casos reales. Pero como el público decide, los espectadores moldean la narrativa”, detalló Szpigiel. Para evitar inconsistencias técnicas, el guion incorpora controles que garantizan coherencia jurídica básica para quienes no tienen formación legal.

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Las funciones se realizan en el teatro Margarita Xirgu, donde debieron sumar nuevas fechas por la demanda registrada durante noviembre y diciembre. La estructura incluye códigos QR en los apoyabrazos para emitir el veredicto. La obra permite que el público resuelva distintos tipos de casos, desde homicidios hasta episodios vinculados con inteligencia artificial, con la posibilidad de agregar nuevos expedientes en 2025 según adelantó la producción.

Los actores que interpretan a fiscales, abogados y testigos fueron seleccionados mediante un casting realizado seis meses atrás. La decisión de integrar artistas argentinos responde a la intención de preservar referencias culturales y matices de lenguaje propios del sistema judicial local, señalaron los productores. Otras versiones latinoamericanas incluyen elencos de distintos países, pero la adaptación argentina priorizó mantener una identidad uniforme.

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La propuesta se enmarca en un fenómeno global. Estudios publicados por el sitio especializado Crime Reads indican que en 2024 casi la mitad de los adultos estadounidenses consumió al menos una historia de crimen real por semana en formato de serie, podcast o documental. El informe también señala que setenta y cinco por ciento de ese público son mujeres, un dato que coincide con la expansión del género en plataformas de streaming y redes sociales.

Los datos económicos del sector muestran una inversión anual estimada entre seis y ocho mil millones de dólares en producciones de true crime. Un tercio de los documentales de Netflix pertenecen al género, y la serie Monster figura entre los contenidos más vistos de la plataforma. La tendencia impulsa proyectos que combinan análisis judicial, participación del público y búsqueda de nuevas narrativas en tiempo real.

Fuente: X, Clarín, Netflix