Reforma previsional: recorte a cajas profesionales y tope a la pensión por viudez
Actualidad04/12/2025
Sergio Bustos
Se viene la reforma prpevisional.
La reforma previsional que estudia el Ministerio de Economía vuelve a mover el tablero. El paquete incluye la eliminación de regímenes especiales y cajas profesionales, pero también un ajuste fuerte sobre las pensiones por fallecimiento, donde aparece un punto sensible: el beneficio para viudez dejaría de ser vitalicio para cónyuges jóvenes.
La intención del Gobierno es avanzar sobre un sistema que hoy consideran caro, injusto e ineficiente. Argentina destina cerca de un décimo de su producto a jubilaciones y pensiones, un porcentaje similar al de países mucho más envejecidos. En Economía señalan que ese gasto no logra traducirse en un esquema equitativo.
Uno de los bloques centrales del plan apunta a redefinir la elegibilidad, la duración y el cálculo de haberes. El esquema actual que exige regularidad en los aportes para trabajadores activos se reemplazaría por un acceso universal, sin requisito de 30 años de aportes para la Prestación Básica.
El cambio más polémico está en las pensiones por fallecimiento. Para cónyuges jóvenes, la propuesta fija una duración acotada: ejemplos internos mencionan un límite de dos años para quienes tengan menos de 30. El beneficio ya no quedaría atado de por vida y dependería de la edad del sobreviviente.
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Además, se revisa qué pasa cuando el viudo o la viuda ya cobra una jubilación. La regla propuesta indica que solo la Prestación Proporcional del fallecido generaría pensión, mientras que se mantendría el cobro de una sola Prestación Básica. La idea es recortar duplicaciones de haberes que hoy alcanzan a más de un millón de personas.
En paralelo, la reforma propone unificar las pensiones por invalidez en un único régimen con reglas comunes. Desaparecerían los esquemas fragmentados y las pensiones no contributivas pasarían al ámbito contributivo, con evaluaciones médicas bajo un mismo baremo.
El rediseño del haber inicial introduce un esquema de Prestación Básica equivalente al valor de la PUAM y una Prestación Proporcional calculada con la historia completa de aportes mediante un método actuarial. Esto elimina el uso de los últimos 10 años como referencia y busca premiar trayectorias laborales más largas y formales.
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La edad de retiro también cambia. El plan propone equiparar el retiro de las mujeres, que pasaría de 60 a 65 años en un proceso de diez años, subiendo seis meses por año. A eso se suma una actualización automática para toda la población, aumentando un mes anual según la expectativa de vida.
El Gobierno defiende la medida como una forma de “ordenar” un sistema donde conviven alrededor de 200 regímenes de excepción, edades de retiro dispares y condiciones que varían según provincia, sector laboral u ocupación. La idea oficial es consolidar un sistema más transparente y con menos parches.
Otro eje fuerte es la eliminación de cajas profesionales y regímenes especiales, que hoy generan jubilaciones mucho más altas y anticipadas. Para Economía, esa “generosidad extrema” encarece el sistema y concentra beneficios en grupos reducidos, mientras presiona sobre el presupuesto general.
El proyecto también habilita un esquema de ahorro previsional voluntario, que funcionaría como complemento de la Prestación Proporcional. La apuesta es combinar un pilar universal financiado por el Estado con aportes personales que mejoren el haber final.
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En el Ministerio de Economía señalan que el ahorro potencial ronda el 0,5% del PBI, solo con la revisión de pensiones por viudez y la eliminación de duplicaciones. El resto depende de cómo avancen los cambios en regímenes especiales y cajas profesionales.
En el trasfondo político, la reforma abre un capítulo delicado. El ajuste sobre la pensión por viudez promete ruido en el Congreso, donde este beneficio suele ser uno de los más sensibles y defendidos de manera transversal. Sin embargo, el Gobierno busca instalar la discusión como parte de un rediseño integral del sistema y no solo como un recorte.
Mientras tanto, los equipos técnicos siguen afinando números y proyecciones. La discusión ya salió del plano académico y entró en la mesa del ministro Luis Caputo, que evalúa cada punto antes de enviarlo al Congreso.
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