
La industria del juguete a la baja por importaciones masivas y consumo en retroceso
Actualidad06/12/2025
REDACCIÓN
La industria del juguete atraviesa un momento crítico que preocupa a fabricantes, importadores y comerciantes a pocas semanas de la Navidad. La Cámara Argentina de la Industria del Juguete sostuvo que el sector vive uno de los periodos más delicados de las últimas décadas, con múltiples factores que golpean la actividad y dejan a las jugueterías en una situación límite.


El informe de la entidad señala que la baja en la natalidad reduce de forma sostenida la población infantil, mientras los dispositivos digitales ganan espacio en hábitos de juego que antes se orientaban al juguete físico. Esa combinación achica la demanda y obliga a replantear estrategias comerciales en un mercado cada vez más reducido.
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A estas tensiones se suma la presencia creciente de artículos ingresados como “compra internacional” en plataformas online, muchos con antecedentes de retiro en otros países. La Cámara advirtió que la falta de controles rigurosos permite que productos con sustancias prohibidas o sin certificación lleguen a las familias sin garantías de seguridad.
El panorama se vuelve más complejo con las cifras de importación. Entre enero y octubre se registraron US$91,3 millones FOB y 17,5 millones de kilos en juguetes, con un aumento marcado respecto del año anterior. El presidente de la CAIJ, Matías Furió, describió este movimiento como “una avalancha sin precedentes” y remarcó el ingreso masivo de nuevos operadores que profundiza la presión sobre el comercio formal.
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Furió destacó además que el 52% del volumen importado corresponde a artículos de muy bajo costo que desplazan a la producción nacional y amplían la brecha con un sector que sostiene altos niveles de capacidad ociosa. La cámara alertó que esta competencia desigual agrava el cierre de locales históricos y pone en riesgo la continuidad de fábricas que recurren al crédito solo para pagar sueldos.
En este contexto, la pérdida de rentabilidad golpea a comercios de todo el país. Jugueterías tradicionales en Escobar, Quilmes y Trelew bajaron sus persianas luego de décadas de actividad. La entidad remarcó que tres días sin abrir la caja es hoy una postal repetida en múltiples ciudades, con locales asfixiados por tarifas, costos logísticos y la presión del canal online.
El consumo también muestra señales claras del deterioro. Los tickets promedios bajan y las familias buscan productos de menor valor en un escenario de fuerte pérdida del poder adquisitivo. La mayoría de las compras se financia con tarjeta, lo que refleja la dificultad para sostener gastos incluso en fechas especiales como la Navidad.
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Para revertir la situación, la CAIJ elevó un conjunto de pedidos que apunta a proteger la industria y garantizar entornos de comercialización seguros. La entidad solicitó controles más estrictos en frontera, trazabilidad obligatoria en todas las publicaciones online, fiscalización territorial intensiva y medidas para equilibrar la competencia entre producción local e importadores formales.
En su mensaje final, la cámara concluyó que la combinación de sobreoferta, controles insuficientes y artículos sin certificación llevó al sector a niveles extremos de inactividad. Pidió acciones inmediatas para cuidar a las familias y evitar que más fábricas y comercios queden fuera del mercado.

















