La reciente inauguración de la remodelación del centro de interpretación del istmo Ameghino marcó un punto destacado para el manejo de Península Valdés, un área protegida donde la llegada de visitantes crece de manera sostenida y exige infraestructura acorde a esa dinámica. La administradora del ANP, María Eugenia Vall, explicó en diálogo con El Quinto Poder por #LA17 que el proceso implicó un trabajo prolongado, tanto por la complejidad del edificio como por la necesidad de mantener los servicios esenciales durante la obra. La reapertura permitió mostrar un espacio completamente transformado, valorado por residentes, instituciones y prestadores turísticos.
Vall destacó que la presentación reunió a actores de distintas localidades y describió un clima de celebración colectiva. “Se ponen contentos, se revaloriza el atractivo, se complementan las visitas”, señaló al remarcar que la participación de Puerto Pirámides y de organismos locales refleja un acompañamiento sostenido. Para la administradora, ese respaldo demuestra que el trabajo conjunto es determinante para sostener y mejorar la experiencia dentro del área natural.
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El edificio mantuvo su estructura original, pero su interior atravesó una renovación completa. Los baños, construidos a mediados de la década de 2000, permanecieron operativos mientras avanzaban las tareas, lo que obligó a coordinar circulación y seguridad en un espacio concurrido. Según recordó Vall, uno de los impulsores técnicos del proyecto, el arquitecto José Pablo Meaudi, ya advertía años atrás la necesidad de una transformación integral que equilibrara los sectores de servicio con la muestra interpretativa.
La actualización del centro permitió fortalecer la propuesta educativa, incorporando contenidos sobre flora, fauna, geología, procesos históricos y una sala dedicada a la ballena, uno de los íconos del área protegida. Vall señaló que la muestra aborda también los distintos usos de la península y propone un recorrido que permite comprender la complejidad ambiental y cultural del territorio. El concepto del edificio, dijo, busca ser una antesala que prepare al visitante para lo que encontrará dentro del ANP.
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El proyecto original, recordó, contemplaba una intervención mucho más amplia. “El volumen de trabajo era gigante”, explicó al detallar que el plan incluía renovar los centros de interpretación de Isla de los Pájaros y Punta Norte, además de modernizar la cartelería de bienvenida, señalización y miradores. Para avanzar, el organismo obtuvo un financiamiento nacional que permitió iniciar las obras y luego contó con el acompañamiento de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, que sostuvo el proceso hasta su instancia final.
De esa manera, la isla de los Pájaros recibió una remodelación integral y sumó la nueva biblioteca de Península Valdés, mientras que Punta Norte también inauguró su propio centro renovado. El edificio del istmo Ameghino se convirtió así en el cierre de una intervención de varios años, ejecutada en etapas y con aportes complementarios que posibilitaron completar trabajos que excedían el presupuesto inicial.
Vall explicó que la temporada de fauna y el crecimiento de las visitas vuelven indispensable contar con espacios interpretativos sólidos, no solo para el público general sino también para guías y agencias de viaje. La administradora remarcó que los centros cumplen un rol estratégico en la planificación del recorrido y en la comunicación de normas de uso, especialmente en un territorio donde la presión turística se extiende cada vez más en el calendario.
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Consultada sobre nuevas prácticas de divulgación, la funcionaria valoró el aporte de expediciones científicas recientes que difundieron investigaciones realizadas en la península y su mar adyacente. “Los chicos marcaron situaciones a contribuir”, indicó sobre los integrantes del GEMPA, quienes visitaron el área y aportaron observaciones para mejorar el funcionamiento del espacio. También subrayó la importancia de que investigadores del CENPAT y de otros organismos continúen participando en actividades vinculadas a la conservación y la comunicación pública de la ciencia.
La administradora afirmó que la articulación con instituciones científicas forma parte del trabajo cotidiano. “Es parte de nuestro trabajo, articular y convocar”, sostuvo al referirse a la necesidad de vincular el conocimiento académico con la gestión territorial. En esa línea, valoró que la fundación Félix de Azara y equipos de investigación locales se involucren en proyectos que fortalezcan la interpretación y el manejo del área.
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Hacia el final de la entrevista, Vall pidió acompañamiento de los visitantes en el cuidado del espacio, especialmente en esta etapa de readecuación y uso intensivo. “A la gente le pedimos cuidar, le pedimos respetar”, afirmó, y explicó que el personal del área orientará a los visitantes sobre circulación, actividades permitidas y funcionamiento del nuevo centro. También pidió paciencia para una estructura que seguirá ajustándose con el movimiento de la temporada y con los aportes que surjan durante su uso.
Antes de despedirse, valoró el compromiso del equipo que concretó las obras. “La gente que lo hizo es gente que hace 17 años trabaja en ese lugar”, destacó, al subrayar la dedicación del personal que acompañó cada etapa del proceso. La administradora sostuvo que el resultado refleja ese involucramiento y aseguró que permanecerán abiertos a sugerencias que permitan mejorar lo ya alcanzado.
