
Un Congreso paralizado: un año legislativo con pocas leyes y múltiples vetos
Política10/12/2025
REDACCIÓN
El Congreso Nacional dio por concluido un año legislativo que quedará registrado por su escasa producción normativa y por la intensidad del enfrentamiento político. Fueron 22 sesiones, con la mitad de ellas convocadas de manera especial, apenas 11 leyes sancionadas y siete vetos del Poder Ejecutivo, además de cinco decretos de necesidad y urgencia rechazados. La dinámica dejó expuesta la fragilidad del oficialismo y la presión sostenida de una oposición que logró imponer agenda.


El informe de DL, plantea que el período se caracterizó por la falta de consensos y por un uso inusualmente alto de mecanismos legislativos por parte de la oposición. Hubo 20 emplazamientos a comisión, un número sin antecedentes recientes, lo que evidenció las dificultades del oficialismo para habilitar debates y ordenar el trabajo parlamentario. El recurso se convirtió en una herramienta clave para forzar el tratamiento de iniciativas que el Ejecutivo pretendía mantener en pausa.
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Las leyes aprobadas durante 2025 muestran una composición heterogénea, aunque con un dato contundente: ninguna fue impulsada por el oficialismo. El paquete incluye tres acuerdos internacionales heredados de la gestión anterior y ocho proyectos de la oposición, entre ellos la emergencia en Bahía Blanca, dos aumentos para jubilaciones, la emergencia en discapacidad, cambios a los aportes del Tesoro a las provincias, financiamiento universitario, la emergencia en salud pediátrica y la Ley Nicolás. Buena parte de esas normas fueron vetadas por el Ejecutivo, aunque en tres casos el Congreso insistió y revirtió las objeciones presidenciales.
Ese comportamiento consolidó al Parlamento como un territorio adverso para el Gobierno. La oposición no solo impulsó su propio temario, sino que además limitó los márgenes de acción del Ejecutivo, al controlar con firmeza los DNU: cinco de los 33 decretos emitidos en el año fueron rechazados, en una señal de tensión institucional que tensó aún más la relación entre los poderes.
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La debilidad numérica explica parte del panorama. La Libertad Avanza, con representación muy reducida en el Congreso electo en 2023, no logró sostener un bloque alineado con sus aliados del balotaje, lo que dificultó avanzar con reformas consideradas centrales por interlocutores internacionales, incluidos el FMI y el gobierno de Donald Trump. Las advertencias sobre la necesidad de ordenar la macroeconomía y avanzar en leyes estructurales se multiplicaron durante el año.
Sin embargo, el mapa político comenzó a reconfigurarse tras las elecciones de medio término. El oficialismo pasó a tener 64 bancas en Diputados y se consolidó como segunda minoría, un salto significativo respecto del panorama anterior. Con el PRO y otros aliados, podría reunir hasta 93 escaños, cifra que le permitiría asegurarse más de un tercio del cuerpo y, con ello, sostener vetos presidenciales.
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En paralelo, la oposición liderada por Fuerza Patria retuvo 45 de las 46 bancas que ponía en juego y se mantuvo como un actor central en Diputados. Provincias Unidas sumó 7 escaños y el Frente de Izquierda, 4, conformando un mosaico legislativo que exige diálogo permanente para habilitar mayorías.
En el Senado, la elección también modificó correlaciones. La Libertad Avanza ganó en 6 de las 8 provincias en disputa y pasó de 6 a 19 senadores, mientras que Fuerza Patria quedó con 22 bancas y fuerzas provinciales con 4. Ningún espacio alcanzó la mayoría propia de 37, un dato que anticipa negociaciones complejas y la necesidad de vínculos más fluidos con gobernadores y bloques intermedios.
El Congreso que emerge tras estos comicios ofrece al Gobierno un escenario algo más favorable, pero no exento de dificultades. La posibilidad de abandonar la lógica defensiva y avanzar verso un esquema propositivo dependerá de la capacidad de articular alianzas, una tarea que será determinante para encarar reformas estructurales. La gestión legislativa de 2026 tendrá el desafío de revertir un año marcado por bloqueos, vetos y tensiones que paralizaron la agenda parlamentaria.
Fuente: N A















