El can Bailey lo marcó y hallaron más de 50 kilos de cocaína ocultos en un doble fondo

Efectivos de la Sección Libertador General San Martín, dependiente del Escuadrón 60 San Pedro, realizaron controles vehiculares sobre el kilómetro 1.287 de la Ruta Nacional 34 cuando detuvieron un Renault Kangoo conducido por un hombre adulto. La inspección avanzó sin contratiempos hasta que el can detector de narcóticos Bailey marcó con insistencia la parte trasera del rodado, un gesto que orientó la mirada de los gendarmes hacia un sector con signos de modificación reciente. Ese punto se convirtió en el foco del procedimiento por la posible presencia de un espacio oculto.

La revisión continuó con herramientas básicas de registro y permitió detectar un compartimiento tipo doble fondo adaptado en la carrocería. Al retirar coberturas internas aparecieron paquetes rectangulares envueltos en plástico, similares a los que la fuerza encontró en otros transportes de estupefacientes interceptados en rutas del norte argentino. El conductor permaneció acompañado por personal de la fuerza durante todo el procedimiento, mientras se realizaban las comunicaciones judiciales y se documentaban los hallazgos en el lugar.

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La Fiscalía Federal de Jujuy autorizó el traslado del vehículo a la Subunidad para una requisa más completa. En ese punto los gendarmes desarmaron por completo la estructura del doble fondo y contabilizaron 58 ladrillos de cocaína, con un peso final de 52 kilos 400 gramos, dato que confirmó la magnitud del envío. El acondicionamiento mostró un diseño firme, con tornillería modificada y un cierre interno destinado a disimular signos visibles desde el exterior, según quedó registrado en el inventario fotográfico incorporado al expediente.

El conductor declaró que viajaba hacia Caimancito, aunque no aportó otros detalles que permitieran reconstruir movimientos previos del trayecto. La Unidad Fiscal dispuso su detención y ordenó el secuestro de la droga y del rodado, medidas que se cumplieron en el mismo predio donde continuó el conteo y la preservación de las evidencias. La fuerza permaneció a cargo del resguardo hasta que la justicia determinó los pasos posteriores para el traslado seguro de los elementos incautados y la continuidad de la investigación penal.

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