El desafío de revertir la alfabetización tomó nuevo impulso con una hoja de ruta nacional

La conversación sobre alfabetización volvió al centro de la agenda educativa con la presentación de un documento amplio elaborado por Argentinos por la Educación, que reúne criterios y condiciones para mejorar los planes que hoy aplican las provincias. En diálogo con El Quinto Poder, por #LA17,  Federico del Carpio explicó que el trabajo busca aportar herramientas precisas a quienes ya están interviniendo en el aula, al advertir que la lectura se convirtió en el punto más delicado del sistema escolar.

Del Carpio señaló que este paso surge tras un proceso de trabajo prolongado: “Presentamos un documento más extenso que se viene trabajando a lo largo de todo el año con la idea de apoyar lo que hoy las provincias están haciendo en alfabetización”. El análisis combinó evidencia internacional, experiencias de gestión de otros países y un seguimiento detallado de los planes que ya funcionan dentro del país.

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Uno de los puntos que impulsó esta hoja de ruta fue la dificultad para comprender textos simples en los primeros años de primaria. El especialista recordó que “uno de cada dos chicos de tercer grado no podía comprender un texto simple en la Argentina”, según las evaluaciones regionales aplicadas por la UNESCO en 2019. Ese registro llevó al lanzamiento de la campaña nacional y funcionó como punto de partida para revisar el sistema.

La situación posterior a la pandemia reforzó la preocupación. Las pruebas Aprender de 2024 confirmaron que la mitad de los estudiantes no alcanza los niveles deseados en lectura. Del Carpio detalló que en el caso de Chubut “el 50% está en un nivel esperado, en los niveles cuatro y cinco, pero tenemos al otro 50% que todavía le falta un poco para alcanzar esos niveles de esperados de lectura”, una radiografía que se replica en varias jurisdicciones.

El documento presentado identifica elementos que deberían sostener cualquier política pública en esta materia. La alfabetización se entiende como base transversal, y así lo planteó Del Carpio: “Es el conocimiento sobre el cual se pueden construir el resto de los saberes”. La ausencia de este piso condiciona incluso áreas ajenas al lenguaje, desde matemática hasta ciencias.

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Entre esos elementos aparece uno que para el equipo resulta determinante: el acompañamiento político. Del Carpio explicó que “uno de los componentes centrales tiene que ver con el compromiso político”, porque sin continuidad ni respaldo institucional las mejoras no llegan al aula. Ese compromiso se refleja en la presencia activa de los gobernadores, la conformación de equipos especializados y la transparencia de los resultados.

La conversación enfatizó que la política educativa no depende únicamente de materiales o capacitaciones. Para el entrevistado, es necesario sostener el tema en la agenda pública: “Si hay un compromiso político sostenido, esto no hay forma que los resultados se reviertan”, remarcó al describir cómo la responsabilidad se distribuye entre autoridades provinciales y áreas técnicas.

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La expectativa final apunta a que esta herramienta funcione como acompañamiento y no como diagnóstico aislado. Del Carpio cerró la charla con un deseo que sintetiza el espíritu del documento: “Esperamos que esto se revierta de una vez por todas”, una expresión que reconoce la magnitud del problema y la necesidad de continuidad en el tiempo.