La salud universal pone el foco en información clara y prevención para llegar a tiempo

Cada 12 de diciembre se conmemora el Día Mundial de la Salud Universal, una fecha que invita a revisar no solo el alcance de la cobertura sanitaria, sino también las condiciones reales para utilizarla. Especialistas advierten que la cobertura pierde sentido cuando las personas no logran entender, usar ni acceder plenamente a los servicios disponibles, una situación que todavía se repite en distintos contextos sociales.

Desde esa mirada, Ailín Catalá, jefa de comunicación institucional de Ospedyc, explicó que muchas veces el vínculo con el sistema de salud se da de manera tardía o fragmentada. “Para muchas personas, la puerta de entrada al sistema es tardía, fragmentada o motivada únicamente por una urgencia. Por eso, contar con información clara, continua y comprensible permite anticiparse”, señaló, y detalló que ese conocimiento facilita saber cuándo realizar controles, qué vacunas corresponden o cómo actuar frente a síntomas que requieren consulta inmediata.

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En un informe al que accedió la agencia Noticias Argentinas, Catalá remarcó que la información sostenida en el tiempo modifica conductas y reduce riesgos evitables. “Cuando la educación en salud ocupa un lugar central, la prevención deja de ser una tarea aislada y pasa a integrarse en la vida diaria: se transforman hábitos, se detectan problemas a tiempo y se evitan complicaciones”, afirmó, al subrayar el impacto directo de estas prácticas en la vida cotidiana.

La especialista también hizo hincapié en el valor de la información preventiva para tomar decisiones con mayor autonomía. “Entender qué está ocurriendo en el propio cuerpo y qué implica cada indicación médica genera autonomía y seguridad”, expresó, y agregó que conocer la medicación, sus efectos, posibles interacciones y señales de alerta permite transitar los tratamientos de manera más consciente y responsable.

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Ese mismo criterio se aplica a estudios, cirugías y opciones terapéuticas. “Cuando una persona comprende el alcance de cada opción, puede evaluar con mayor tranquilidad, anticipar dudas y participar activamente de su cuidado”, sostuvo Catalá, y advirtió que decidir sin información incrementa el miedo y la posibilidad de errores que podrían evitarse.

En este marco, el modo de comunicar adquiere un rol central. La salud suele expresarse en términos técnicos que, si no se traducen a un lenguaje accesible, amplían la distancia entre lo que se dice y lo que se comprende. Cuando un mensaje no resulta claro, la persona queda desorientada y el sistema termina respondiendo a situaciones que podrían haberse prevenido.

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Explicar con palabras simples, sin resignar calidad, se convierte así en una herramienta de cuidado. Permite reconocer qué hacer, qué preguntar y cómo acompañar un tratamiento sin confusión ni temor, fortaleciendo el vínculo entre pacientes y servicios de salud.

“En definitiva, garantizar una cobertura verdaderamente universal implica que la información llegue a tiempo, que se entienda sin dificultad y que acompañe a las personas en cada decisión sobre su salud”, concluyó Catalá, al señalar que cuando comunicar forma parte del cuidado, el acceso y el ejercicio de derechos se vuelven más efectivos.

Fuente: NA.