

Uruguay decidió acotar la exploración de hidrocarburos en aguas marítimas y fijó nuevas reglas ambientales que imponen mayores resguardos sobre ballenas, delfines, lobos marinos y tortugas. La medida forma parte de un paquete oficial que busca elevar los estándares de protección en el Atlántico Sur.


El ministro de Ambiente, Edgardo Ortuño, explicó que “esta nueva etapa se hace con garantías que nos colocan en primer nivel en materia de protección de fauna marina”, al detallar que el área habilitada para la actividad quedó más restringida y alejada de la costa.
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Según precisó el funcionario, la prospección sísmica se realizará entre 150 y 300 kilómetros del litoral, mientras que quedó prohibida cualquier tarea a menos de mil metros de animales marinos. “Si aparecen, se debe detener la actividad y dar el tiempo suficiente para su alejamiento”, remarcó.
Las empresas deberán operar con cuatro especialistas en fauna marina a bordo, además de los controles del Ministerio de Ambiente. También se establecieron medidas de compensación ante eventuales daños, con protocolos de seguimiento permanente.
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La decisión llega en un contexto de movilización de organizaciones ambientalistas, especialmente en Maldonado, donde reclaman mayor información y resguardo del ecosistema.
Desde el Gobierno respondieron que el camino elegido es el diálogo y la transparencia, con foco en las nuevas generaciones.



















