Caen empresas y empleo formal: un informe expone el retroceso del mercado laboral argentino

Actualidad15/12/2025

Empleo

El mercado laboral registrado atravesó un período de contracción sostenida entre noviembre de 2023 y septiembre de 2025, según el Informe Laboral del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) elaborado a partir de información de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT). En ese lapso, la cantidad de empleadores con trabajadores registrados cayó de 512.357 a 492.223, lo que implica 20.134 empresas menos en funcionamiento, un ritmo cercano a 30 cierres diarios. La magnitud del dato permite dimensionar un deterioro persistente del entramado productivo formal.

La reducción de empleadores no se distribuyó de manera homogénea entre los distintos sectores económicos. Transporte y almacenamiento encabezó las pérdidas en términos absolutos, con 4.851 empleadores menos, seguido por comercio mayorista y minorista, servicios inmobiliarios, servicios profesionales, industria manufacturera, agricultura y construcción. En conjunto, estos sectores concentran buena parte del empleo urbano y de las actividades vinculadas al mercado interno, lo que amplifica el impacto económico y social de la contracción.

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Cuando el análisis se realiza en términos relativos, el panorama refuerza esa lectura. Transporte y almacenamiento mostró una caída del 12,3% en la cantidad de empleadores, mientras que servicios inmobiliarios, servicios de organizaciones extraterritoriales y construcción también exhibieron retrocesos significativos. La persistencia de estas bajas sugiere dificultades estructurales para sostener unidades productivas activas, más allá de fluctuaciones coyunturales.

El deterioro del entramado empresario se reflejó de manera directa en el empleo. Entre noviembre de 2023 y septiembre de 2025, los puestos de trabajo registrados se redujeron en 280.984, al pasar de 9.857.173 a 9.576.189 trabajadores, lo que representa una baja del 2,85%. Traducido en términos diarios, el proceso implicó casi 420 trabajadores menos por día, una dinámica que se mantuvo a lo largo de los meses analizados y que afectó a la mayoría de las ramas de actividad.

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El recorte de empleo tampoco fue uniforme. La Administración pública, defensa y seguridad social obligatoria concentró la mayor pérdida absoluta, con 88.342 puestos menos, seguida por construcción con 77.383, industria manufacturera con 59.127 y transporte y almacenamiento con 53.642. Estas cifras muestran que el ajuste no se limitó al sector privado, sino que también alcanzó de manera significativa al empleo estatal.

En términos relativos, el sector más golpeado fue construcción, con una caída del 16,2% del empleo registrado. Se trata de una actividad altamente sensible al nivel de inversión y a la obra pública, por lo que su contracción tiene efectos multiplicadores sobre otras ramas vinculadas, como la industria de materiales, el transporte y los servicios profesionales asociados.

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El informe también incorpora un análisis clave según el tamaño de las empresas, que permite matizar la lectura general. Desde el punto de vista de los empleadores, el 99,6% de los cierres correspondió a empresas de hasta 500 trabajadores, que explicaron 20.053 de los 20.134 casos registrados. Las firmas de mayor tamaño representaron apenas el 0,4% de la reducción total de empleadores, lo que indica que la desaparición de unidades productivas se concentró en el segmento pequeño y mediano.

Sin embargo, el comportamiento del empleo muestra una lógica distinta. El 69,44% de los puestos de trabajo perdidos se concentró en empresas con más de 500 trabajadores, que redujeron 195.105 empleos, mientras que las firmas más pequeñas explicaron el 30,56% restante, con 85.879 trabajadores menos. En términos porcentuales, las grandes empresas achicaron su dotación un 4,08%, frente a una caída del 1,69% en las de menor tamaño.

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Este cruce de variables deja al descubierto una dinámica dual. Las empresas pequeñas y medianas son las que más desaparecen, lo que erosiona el entramado productivo y la capilaridad territorial del empleo. Al mismo tiempo, las grandes empresas concentran la mayor expulsión de trabajadores, lo que amplifica el impacto sobre el volumen total del empleo registrado. Ambas tendencias convergen en un escenario de menor actividad formal y mayor fragilidad laboral.

El relevamiento de CEPA, construido a partir de registros administrativos del sistema de Seguridad Social, ofrece así una fotografía detallada de un mercado de trabajo en retroceso, con pérdidas sostenidas tanto en cantidad de empleadores como en puestos de trabajo. La información sectorial y por tamaño de empresa permite identificar dónde se concentran los ajustes y aporta elementos concretos para dimensionar la profundidad del proceso en curso.