

Argentina sumó una nueva forma de vender combustibles: estaciones de servicio móviles y equipos cisterna que llevan nafta y gasoil hasta donde no llega una boca fija. La Secretaría de Energía lo formalizó con la Resolución 504/2025, publicada en el Boletín Oficial, dentro del esquema de desregulación y modernización del sector.


El Gobierno planteó como meta ampliar la cobertura territorial del expendio. La medida apunta a localidades donde no existen estaciones tradicionales o donde la demanda no sostiene una inversión grande. También busca dar una respuesta práctica a lugares con consumo intensivo y permanente.
Estas estaciones no reemplazan a las bocas fijas. Funcionan como apoyo en zonas rurales, áreas productivas alejadas, obras de infraestructura y tareas que necesitan combustible sin cortes. El eje es simple: acercar el surtidor a donde hoy hay distancia, costos extras y demoras.
OTRAS NOTICIAS
Las estaciones de servicio móviles son depósitos autónomos de combustible equipados para transportar, almacenar y despachar hidrocarburos. Pueden trabajar de manera fija por un tiempo o moverse según la necesidad del abastecimiento.
La normativa contempla dos formatos. Por un lado, las unidades modulares portátiles: equipos listos para instalar rápido, sin obras civiles permanentes ni infraestructura compleja. Por otro, las estaciones cisterna móviles: vehículos adaptados para transportar y despachar combustible en forma directa, con una operatoria similar a la de una estación convencional.
En ambos casos, la habilitación llega con exigencias técnicas y controles. La resolución fija reglas basadas en estándares internacionales de seguridad para el almacenamiento y manejo de combustibles líquidos.
El funcionamiento se ajusta al consumo del lugar. Una unidad se instala en un punto operativo y despacha durante la jornada. Cuando baja el stock, se organiza el reabastecimiento con otra unidad de transporte que lleva el combustible desde un centro urbano o un nodo logístico.
OTRAS NOTICIAS
En campos alejados, obras públicas, proyectos industriales y frentes productivos, este esquema evita parates por falta de gasoil o nafta. La lógica también reduce traslados largos: menos viajes de ida y vuelta para cargar, más tiempo de trabajo en el lugar.
Las capacidades pueden variar de manera importante. Existen módulos preparados para volúmenes chicos y otros que almacenan miles de litros. Algunos equipos permiten trabajar con más de un combustible en un mismo sistema, con compartimentos separados y despacho diferenciado.
La resolución exige auditorías externas periódicas, seguros vigentes y planes de contingencia actualizados. Además, las estaciones deben incluir equipamiento homologado, sistemas de prevención de derrames y componentes certificados para el despacho.
Con este esquema, Energía habilita una herramienta que apunta a cubrir huecos de abastecimiento sin montar estaciones tradicionales. El surtidor se mueve, pero las reglas de seguridad quedan fijas.



















