
El turismo empujó el déficit externo y dio vuelta el resultado de la cuenta corriente
Turismo24/12/2025
Sergio Bustos
La cuenta corriente de la balanza de pagos de la Argentina registró en el tercer trimestre un déficit de US$ 1.581 millones, según datos del INDEC. El número contrasta con el superávit de US$ 891 millones del mismo período de 2024 y marca un giro en el frente externo, con el turismo como uno de los rubros que más pesó en el cambio.


La reversión se explica por dos movimientos que se combinaron en el trimestre: una caída del superávit comercial de bienes y un mayor déficit en servicios, con viajes como protagonista. El balance general quedó más expuesto porque el comercio de bienes aportó menos colchón y, al mismo tiempo, la salida por servicios se amplió.
La balanza de bienes terminó el trimestre con un superávit de US$ 4.348 millones, pero ese resultado significó una baja de US$ 958 millones frente al año anterior. La diferencia aparece incluso con exportaciones en alza, porque las importaciones crecieron a un ritmo mayor y achicaron el margen.
En el detalle, las exportaciones subieron 13,8% interanual y sumaron US$ 23.798 millones, mientras las importaciones crecieron 24,6% hasta US$ 19.449 millones. Esa brecha de ritmos explica por qué el saldo comercial siguió positivo, pero con menos fuerza para sostener el resultado final de la cuenta corriente.
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El deterioro más fuerte se vio en servicios. La balanza de servicios profundizó el déficit hasta US$ 2.554 millones, es decir US$ 951 millones más negativo que en el mismo trimestre de 2024. En ese conjunto, el rubro que más empujó fue turismo, que suele concentrar la salida de divisas por gastos en el exterior y pagos asociados a viajes.
Según el informe, el turismo registró un saldo negativo de US$ 1.411 millones, con un empeoramiento de US$ 618 millones frente al tercer trimestre de 2024. Es un número que vuelve a poner el foco en la dinámica de los dólares que se van por servicios, sobre todo cuando el consumo fuera del país y los gastos vinculados a viajes ganan volumen.
La cuenta financiera mostró un ingreso neto de capitales por US$ 2.149 millones. Ese flujo se explicó por una emisión neta de deuda de US$ 9.333 millones y una adquisición neta de activos financieros externos de US$ 7.184 millones, un movimiento que ayuda a leer cómo se compensó parte del rojo corriente.
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A pesar de ese ingreso neto en la cuenta financiera, las reservas internacionales del Banco Central bajaron US$ 454 millones por efecto directo de las transacciones de la balanza de pagos. El dato expone que, con una cuenta corriente negativa, la estabilidad de reservas no queda garantizada, aun cuando ingresen fondos por el lado financiero.
En paralelo, la deuda externa bruta total trepó a US$ 316.935 millones al cierre de septiembre, con un aumento de US$ 9.698 millones respecto del trimestre previo. El informe indica que el sector de sociedades no financieras y hogares explicó la mayor parte del incremento, con US$ 5.877 millones de nuevo endeudamiento.
El resultado del trimestre deja una señal clara para el frente externo: el superávit puede revertirse cuando el comercio de bienes pierde margen y la balanza de servicios se agranda en rojo, con el turismo como uno de los motores principales. En un contexto donde la disponibilidad de dólares y la evolución de reservas se miran con lupa, el dato del tercer trimestre agrega presión a la discusión sobre cómo se financia ese desequilibrio y qué tan sostenible resulta en los próximos meses.


















