La acusación es de una gravedad institucional inusitada. Los fiscales Omar Rodríguez y Alex Williams acusan a las juezas Carina Breckle y Carolina Marín de ayudar a la defensa de los imputados y explicitaron esto mostrando la grabación de la audiencia de juicio en la cual se observa a la jueza Breckle incitando al defensor de Leonardo Aquilanti a que “objete” las posturas de los fiscales.

“Las juezas le hacían gestos al abogado defensor e incluso le pedían que “objete” planteos de la Fiscalía. Todo ello quedó registrado en las cámaras que graban la audiencia”. Ambos Fiscales sostuvieron que, al revisar las filmaciones, descubrieron que “habían existido más episodios en donde los jueces, a espaldas de esta fiscalía y de manera maliciosa en el ejercicio de su magistratura, mostraban una actitud colaborativa con la defensa” menciona el parte de prensa oficial que obra en la web del Ministerio Público Fiscal, lo que tranquilamente podría hacer pensar que esto se produce en ciertas audiencias de juicio.

La situación debería ameritar como mínimo una acción aclaratoria del Superior Tribunal de Justicia o en su defecto que el Consejo de la Magistratura accione ante tamaña acusación e investigar si esto se produjo y que motivó a las magistradas a tener esta actitud, que sin dudas pone en jaque la imparcialidad absolutamente necesaria para juzgar cualquier tipo de delito.

No se puede soslayar que hay otra magistrada acusada de graves cargos, la doctora Mariel Suárez de Comodoro Rivadavia, cuya actuación en la condena del Cristian “Mai” Bustos está siendo juzgada en al Consejo de la Magistratura y se esperan definiciones a la brevedad.

Es de esperar además que la Asociación de Magistrados, que tantas veces se posiciona sobre conflictos en el Poder Judicial exprese su opinión imparcial y no corporativa.

“No conforme con las indicaciones que le brindaban al abogado defensor, tomaron la iniciativa y Breckle formuló: objeción de nuevo. Esto está prohibido por la ley, quien debe objetar es el defensor, no es juez” expresa claramente el Ministerio Público Fiscal, lo cual resulta lapidario.