ESTUDIAN CONTAMINACIÓN DEL RÍO CHUBUT A TRAVÉS DE UNA ALMEJA

En 2021, la investigadora del Instituto de Diversidad y Evolución Austral, Berenice Trovant, realizó el hallazgo de ejemplares de la almeja Corbicula fluminea.

Chubut 30 de mayo de 2024 Hector Perez Hector Perez
Muestra de Almeja Asiática
Muestra de Almeja Asiática

Este descubrimiento marcó el registro más austral de esta especie invasora, que se ha distribuido en gran parte del planeta.

Poco después, Trovant contactó a sus colegas Erica Giarratano y Rodrigo Hernández Moresino del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET) para realizar estudios detallados sobre esta especie y su relación con la calidad del agua y los sedimentos del río Chubut, el principal abastecedor de agua potable en la región.

Las almejas para el estudio fueron recolectadas en las cercanías de la ciudad de Trelew. Los especialistas se centraron en analizar microplásticos, siete metales y un metaloide para determinar si la almeja asiática puede servir como biomonitor de contaminación, como se ha observado en otras partes del mundo.

Corbicula fluminea, originaria de Asia, África y Australia, se estableció en el Río de la Plata en 1979, probablemente a través del agua de lastre de los buques o como carnada viva para la pesca.

“Queríamos evaluar si esta especie podría monitorear la calidad de los sedimentos y del agua, ya que vive enterrada y filtra agua para obtener alimento”, explicó Erica Giarratano.

Se analizaron metales esenciales como cobre, manganeso, níquel y zinc, y otros no esenciales como cadmio, cromo, plomo y arsénico.

“Encontramos arsénico, pero recomendamos no consumir la almeja asiática, similar a las restricciones durante la Marea Roja”, añadió Giarratano, del Laboratorio de Química Ambiental y Ecotoxicología (LAQUIAE) de CESIMAR.

El arsénico en el río Chubut no proviene de fuentes antrópicas conocidas, según Giarratano.

La hipótesis sugiere que el arsénico puede proceder de sedimentos y cenizas volcánicas de la región andina. Sin embargo, el nivel de arsénico en el agua del río fue no detectable, sugiriendo que el metaloide está en los sedimentos.

En cuanto a los microplásticos, los más encontrados fueron fibras de PET transparente y algodón teñido, probablemente provenientes de redes de pesca y el lavado de ropa.

Un estudio previo de 2022 sobre microplásticos en el agua y sedimentos del río Chubut permitió comparar y confirmar la similitud de los microplásticos encontrados en las almejas.

La abundancia de microplásticos en las almejas asiáticas del río Chubut indica un nivel de bajo a moderado, alineándose con otros estudios a nivel mundial.

Los especialistas concluyen que la almeja asiática puede ser un biomonitor útil para evaluar cambios en la calidad ambiental de sistemas estuariales y dulceacuícolas como el río Chubut. “Estudiar la bioacumulación de microplásticos y elementos como el arsénico en bivalvos es crucial para evaluar el riesgo potencial para el ecosistema y la salud humana”, afirman los autores.

Sin embargo, como especie invasora, la almeja asiática tiene efectos negativos significativos. “Corbicula fluminea reduce la abundancia del fitoplancton, alterando la cadena alimenticia. Además, los individuos vivos y las valvas vacías pueden acumularse en filtros y tuberías, afectando el funcionamiento de represas, centrales hidroeléctricas y plantas potabilizadoras de agua”, concluye Berenice Trovant.

   

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