DE LA FIESTA A LOS TIROS: LA FUERTE INTERNA DE LA BARRA DE CENTRAL CÓRDOBA

La fiesta futbolística del equipo se vio empañada por la violencia, en un episodio que lamentablemente no es ajeno al ámbito de las hinchadas en el país.

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La interna de barra de Central Córdoba
La interna de barra de Central Córdoba

Lo que debería haber sido una jornada de celebración para Central Córdoba, tras su pase a la final de la Copa Argentina, se tornó en una escena dramática. Un violento enfrentamiento entre dos facciones de la barra brava del club, a plena luz del día y en las calles de Santiago del Estero, desató el caos y sembró el miedo entre los vecinos. La fiesta futbolística del equipo se vio empañada por la violencia, en un episodio que lamentablemente no es ajeno al ámbito de las hinchadas en el país.

El incidente ocurrió el viernes, alrededor del mediodía, en la concurrida intersección de las calles Sebastián Ábalos y San Martín. En medio de la balacera, una menor de 14 años resultó herida en la pierna izquierda. Afortunadamente, los informes médicos indicaron que la joven se encuentra fuera de peligro, aunque el impacto de la situación dejó consternada a la comunidad. La violencia vinculada a los grupos radicalizados que copan las tribunas sigue escalando, afectando incluso a quienes nada tienen que ver con estos conflictos.

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La batalla fue resultado de una interna feroz dentro del grupo que lidera la popular del Ferroviario, encabezado por Miguel Ángel Ovejero, conocido como "el Pepo". La disputa surgió luego de que la barra no pudiera asegurar transporte para acompañar al equipo en su triunfo contra Huracán en San Nicolás, algo que el club gestionó sin problemas para sus socios. Este hecho profundizó el resentimiento y el conflicto de poder entre los faccionados, culminando en el violento enfrentamiento que dejó a la ciudad en shock.

El liderazgo de "el Pepo" al frente de la barra de Central Córdoba no es nuevo. Desde 2012, cuando tomó el poder tras la detención de Eduardo "Cata" Castillo, ha mantenido el control a través de alianzas con sectores políticos y la dirigencia del club, por entonces presidida por Francisco Pesce. En un intento de imponer su autoridad y establecer un nuevo dominio, rebautizó a su facción como "La barra del Oeste", desbancando al grupo rival y asentando su influencia en la hinchada del Ferroviario.

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