


Rubén Contreras, coordinador técnico de la Cooperativa Lanera de Trelew, habló sobre el reciente conflicto en la planta. "La cooperativa se defiende desde la legalidad y la solidaridad", afirmó, marcando su postura frente a la ocupación.
Un grupo de socios tomó la planta de forma ilegal, afectando la operación. Contreras calificó la medida como un acto fuera de derecho que impacta la convivencia cooperativa y sus principios fundamentales.
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"No estamos hablando de una cosa menor; esto entra en el ámbito penal", subrayó Contreras, destacando que la usurpación constituye un delito. La medida impide el ingreso a socios activos, quienes dependen de la cooperativa para subsistir.
El conflicto se originó por la falta de regularización registral de algunos socios. Contreras explicó que se intimó a un grupo para cumplir con las normas, pero algunos se negaron y provocaron el conflicto.
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"Se necesita cumplir con la registración y el monotributo", agregó. Recordó que, para ser socio, se debe estar registrado como monotributista y contribuir al capital social de la cooperativa.
El grupo que tomó la planta alegó despidos inexistentes. "No hay despidos porque no hay relación laboral", aclaró Contreras, explicando que los cooperativistas son asociados, no empleados.
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El conflicto incluye socios con beneficios adicionales. Contreras mencionó que algunos disidentes tienen pensiones y jubilaciones, lo que complica la situación y genera tensiones internas.
La cooperativa busca mantener relaciones con empresas de primer nivel en Argentina. Contreras mencionó que, pese a las dificultades, lograron dos exportaciones en los últimos meses.







