


El turismo internacional en Argentina continúa en retroceso. Según el informe de Estadísticas de Turismo Internacional (ETI) publicado por el INDEC, en noviembre ingresaron al país 855.000 visitantes no residentes, una caída del 29,2% respecto al mismo período del año anterior. En contraste, los viajes de argentinos al exterior aumentaron un 64%, alcanzando un total de 1.168.100 salidas.
El saldo negativo fue de 313.200 visitantes, con una disminución del 19,2% en los ingresos turísticos y un incremento del 43,2% en los viajes con fines turísticos al extranjero. Entre los excursionistas, aquellos que no pernoctan en el destino, el panorama fue aún más crítico: las visitas al país cayeron un 40%, mientras que las salidas crecieron un 102,3%.
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Origen y destino de los turistas
El turismo receptivo provino mayoritariamente de países limítrofes, encabezados por Brasil (20,8%), Chile (14,9%) y Uruguay (13,5%). Por otro lado, los destinos preferidos por los argentinos que viajaron al exterior fueron Chile (23,9%), Brasil (19,3%) y Paraguay (13,1%).
La vía aérea fue la más utilizada por los turistas no residentes para llegar a Argentina (49%), seguida por la terrestre (39,8%) y la fluvial/marítima (11,3%). En el caso de los argentinos que salieron del país, el 47,3% lo hizo por vía terrestre, el 43,6% por vía aérea, y el 9,1% por vía fluvial/marítima.
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Contexto y desafíos
El saldo negativo de visitantes refleja los desafíos del sector turístico argentino, que aún no logra recuperar los niveles previos a la pandemia. Factores como la inflación, el costo del transporte y la percepción de Argentina como un destino caro para el turismo internacional han impactado en el flujo de visitantes.
El turismo es una de las actividades económicas clave del país, y la brecha entre ingresos y salidas internacionales plantea interrogantes sobre la estrategia necesaria para revitalizar el sector y atraer más turistas extranjeros.



