"EL ÚNICO PROBLEMA DE ARGENTINA ES QUE ESTÁ LLENA DE ARGENTINOS"

Demian Reidel habló frente a empresarios, inversores y figuras del sector energético. Fue en el Latam Forum, en Buenos Aires, ante un auditorio selecto. Analizó el potencial de Argentina como polo tecnológico. Pero sus palabras no pasaron desapercibidas. “El único problema de Argentina es que está llena de argentinos”, lanzó.

La frase generó incomodidad en el salón y rechazo en redes sociales. No fue un chiste. Tampoco un comentario aislado. Lo dijo mientras explicaba por qué ciertas zonas del país podrían alojar centros de datos. Y lo relacionó con la supuesta necesidad de “ordenar” el territorio.

“Obviamente, el problema es que estas áreas están pobladas de argentinos. Así que esta es una de las cosas que hemos arreglado”, agregó. No explicó a qué se refería con ese “arreglo”. Tampoco aclaró si hablaba de migración interna, políticas de seguridad o reordenamiento económico.

La intervención duró unos 25 minutos. No tuvo preguntas del público. Reidel leyó parte de su discurso y habló con naturalidad. No bajó el tono ni matizó sus afirmaciones. Presentó su diagnóstico con una mezcla de sarcasmo y frialdad.

Reidel es el jefe del Consejo de Asesores Económicos de la Presidencia. Tiene trayectoria en JP Morgan y Goldman Sachs. Ingresó al equipo de Milei en diciembre de 2024. Desde entonces, diseña una estrategia para atraer inversiones tecnológicas y fondos de capital extranjero.

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En su exposición, buscó transmitir confianza a los inversores. Dijo que el país tiene recursos, ubicación estratégica y baja latencia para centros de datos. Pero cuestionó a los propios argentinos como un obstáculo. “La gente es el problema”, repitió más de una vez.

Esa frase no pasó inadvertida. Dirigentes opositores salieron a cuestionarlo. También lo hicieron organizaciones sociales, gremios docentes y referentes del sector tecnológico. Muchos interpretaron sus palabras como una muestra de desprecio hacia la población.

El asesor no se retractó. Tampoco explicó qué quiso decir. Solo se limitaron a remarcar que Reidel tiene libertad para plantear ideas y que el gobierno “apuesta al talento local”.

Durante el foro, Reidel también defendió el modelo económico actual. Dijo que la estabilidad macroeconómica es la base para atraer capital. “Estamos estabilizando la macro, dándoles el marco legal para explicarles que esta vez estamos abiertos a los negocios”, afirmó.

Minimizó la crisis social. Dijo que la llegada de la inteligencia artificial no depende de la pobreza. “Es la típica: vos usás IA y La Matanza no tiene qué comer. Sí, pero esto viene igual. No es una cosa o la otra”, sostuvo.

La frase causó enojo en muchos sectores. Argentina tiene más del 50% de su población bajo la línea de pobreza. La inflación interanual ronda el 276%. El desempleo y la recesión golpean a miles de hogares. Pero Reidel no mencionó esos datos.

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En cambio, habló de Elon Musk. Dijo que hay interés real en invertir en el país. “No se invierte dos mil palos en media hora. Este interés es bueno para el país. No es por sacarse fotos”, afirmó. Reivindicó el rol de Milei en esa estrategia.

También defendió los viajes del presidente. En los últimos seis meses, Milei pasó 38 días fuera del país. Visitó Estados Unidos, Europa e Israel. Se reunió con empresarios, referentes libertarios y líderes globales. Reidel consideró que eso fue positivo.

“La gente tendría que agradecer. Pone a Argentina de nuevo en el mapa”, declaró. Dijo que la imagen de Milei genera expectativa entre fondos de inversión. Afirmó que la comunidad financiera lo respeta y lo ve como un líder diferente.

El asesor aseguró que la llegada de capital extranjero depende de la previsibilidad. Habló de marcos regulatorios, libertad económica y desregulación. Su exposición ignoró por completo los desafíos sociales.

En redes sociales, su frase se viralizó en pocas horas. Miles de usuarios compartieron fragmentos del video. El rechazo fue transversal. Algunos dirigentes incluso lo compararon con discursos coloniales. “Ese desprecio por el pueblo ya lo vimos”, escribió un senador peronista.

La estrategia oficial parece ser dejar que pase la tormenta. Reidel, en cambio, reafirmó sus ideas. En entrevistas anteriores ya había criticado “la cultura del fracaso” y “la resistencia al mérito”.

Dentro del propio oficialismo hubo silencios. Ningún ministro salió a respaldar su frase. Pero tampoco lo desautorizaron. El rol de Reidel es clave en la agenda económica. Participa de las decisiones estratégicas y tiene diálogo directo con el presidente.

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El foro fue organizado por el Foro Económico Internacional de las Américas. Reunió a empresarios, bancos, consultoras y gobiernos. La frase de Reidel opacó otros anuncios. También condicionó el cierre del evento, que tenía prevista una declaración conjunta.

La polémica expone el contraste entre el discurso de apertura y el desprecio social. Mientras el gobierno habla de atraer inversiones, parte de su equipo descalifica a quienes viven en el país. El modelo económico aparece cada vez más desconectado de la realidad.

La oposición evalúa citar a Reidel al Congreso. Algunos legisladores piden explicaciones formales. También buscan saber si sus dichos representan la postura del Ejecutivo. El bloque oficialista aún no definió su posición.

En las universidades, sindicatos y movimientos sociales ya circulan documentos de repudio. Planean acciones públicas en los próximos días. Quieren visibilizar el impacto del ajuste y responder a lo que consideran una provocación directa.