Una investigación judicial iniciada a partir del extraño comportamiento de dos mujeres en una sala de maternidad del hospital de Bariloche derivó en la desarticulación de una célula de una secta internacional de origen montenegrino. La organización operaba en la ciudad rionegrina bajo la fachada de cursos de yoga, captando mujeres extranjeras a quienes obligaban a entregar sus bienes, someterse a una estricta obediencia y sobrevivir con restos de comida, hasta quedar desnutridas y con signos visibles de deterioro físico.
El caso comenzó con una joven embarazada, de nacionalidad rusa, que acudía a controles médicos siempre acompañada por dos mujeres que no le permitían hablar. Tras el parto, una de ellas rompió el documento donde la joven había consignado el nombre del padre del bebé. Esa acción alertó definitivamente al personal sanitario, que ya había advertido signos de sometimiento y dio aviso a la Justicia.
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El fiscal federal Fernando Arrigo inició una investigación por trata de personas y este fin de semana ordenó 14 detenciones en dos operativos simultáneos realizados en el aeropuerto de Bariloche y en Aeroparque, en la Ciudad de Buenos Aires. Entre los detenidos está el líder del grupo, un ciudadano ruso que ya había sido condenado a 11 años de prisión en Europa por delitos similares.
Según la investigación, las mujeres integrantes de esta secta eran sometidas a condiciones de vida extremas. Solo comían después de que el líder y sus asistentes terminaran, a veces con sobras de sobras. Muchas presentaban un estado físico alarmante: desnutrición, pérdida de cabello y extrema delgadez. El grupo, compuesto en su mayoría por mujeres rusas, también contaba con una integrante mexicana que intentó escapar durante los procedimientos, sin éxito.
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La víctima rescatada, madre del bebé, se encuentra ahora bajo resguardo junto a su hijo, asistida por profesionales. Ninguna de las mujeres que la acompañaban quedó detenida inicialmente, aunque la causa sigue abierta y se acumulan pruebas que podrían modificar esa situación.
En los allanamientos se secuestraron documentos, vehículos y elementos de interés. También se estableció que los miembros del grupo intentaban huir hacia Brasil, luego de que vecinos informaran que habían escapado por campos vecinos al saberse descubiertos.
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La secta, con antecedentes desde los años ‘90, había llegado a tener más de 20.000 seguidores en Europa antes de dividirse en dos ramas. La célula descubierta en Bariloche sería parte del grupo que se escindió y continuó bajo la influencia del líder detenido este fin de semana.
Las autoridades continúan con las investigaciones y no se descartan nuevas detenciones. La causa se encuentra bajo la órbita del juez federal de Bariloche, Gustavo Zapata, y se tramita bajo el nuevo Código Procesal Penal Federal por tratarse de un caso de urgencia.
Fuente: Infobae.
