


El Fortín se impuso 4-0 a Olimpia en Asunción y lidera con puntaje perfecto el grupo H de la Copa Libertadores. "Pegamos en los momentos justos", dijeron desde el vestuario.
En el estadio Defensores del Chaco, el equipo argentino fue letal. Aprovechó cada espacio y cada error del rival. Marcó la diferencia con eficacia y cabeza fría.
El partido tuvo un arranque parejo. Olimpia quiso imponer condiciones desde el inicio. Controló la pelota y se adelantó con decisión. Pero chocó contra una defensa sólida y sin fisuras.
Vélez no desesperó. Esperó su momento. Aguantó el envión paraguayo sin sufrir. Se replegó y buscó atacar con pelotas rápidas. La estrategia dio resultados.
A los 25 minutos del primer tiempo llegó el primer golpe. Braian Romero ganó de cabeza en el área y venció al arquero. Rompió la paridad en el primer intento serio.
El tanto desestabilizó a Olimpia. El local sintió el impacto y bajó el ritmo. El Fortín mantuvo el orden y cerró bien la primera etapa. Jugó con inteligencia táctica.
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En el complemento, el equipo de Liniers no tardó en liquidar el trámite. A los tres minutos, Romero marcó el segundo de penal. El goleador no perdonó.
La jugada la inició Maher Carrizo. Entró al área con velocidad, gambeteó y provocó la infracción. El árbitro no dudó. El penal fue claro.
Romero definió cruzado, bajo y al palo. El arquero eligió el otro lado. Segundo grito para Vélez y doblete personal.
Con dos goles de ventaja, Vélez manejó el partido. Tuvo espacios para explotar y lo hizo sin piedad. El local se desesperó y quedó mal parado.
Carrizo aprovechó el desorden rival y marcó el tercero. Definió con clase, de zurda, luego de una corrida explosiva. El joven desató la ilusión del Fortín.
Francisco Pizzini cerró la goleada con el cuarto gol. Apareció libre por derecha y fusiló al arquero. Una ráfaga letal de contundencia.
Olimpia terminó desbordado. Sufrió su tercera derrota en diez días. Perdió en la Copa y también en el torneo local. La crisis quedó expuesta.
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El público expresó su bronca. El estadio fue un hervidero. El clima se tornó hostil. Los jugadores sintieron la presión.
Darío Benedetto salió reemplazado y respondió con un gesto polémico. Miró a la tribuna y se tocó el escudo con ironía. La hinchada estalló.
Cuatro días antes, Benedetto también había sido noticia. Lo expulsaron de forma insólita en una derrota ante Guaraní. El delantero vive un momento tenso.
En la vereda de enfrente, Vélez celebró con mesura. Guillermo Barros Schelotto felicitó al plantel. Valoró la entrega y la concentración. “Ganamos con inteligencia”, dijo.
El Mellizo enfrentó a Martín Palermo, su excompañero en Boca. El duelo entre técnicos fue para el entrenador argentino. La pizarra de Guille funcionó.
Vélez lidera su grupo con seis puntos. Ganó los dos partidos. No recibió goles. Muestra solidez y ambición.
El Fortín volvió a ilusionar a sus hinchas. Jugó con carácter y convicción. Atacó cuando debía y defendió con criterio. Un triunfo histórico en Paraguay.
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El vestuario fue una fiesta. Romero habló con los medios. “Sabíamos que íbamos a tener pocas chances. Las aprovechamos todas”, declaró. Fue la gran figura.
Carrizo también recibió elogios. Entró y cambió el partido. Provocó el penal y marcó un gol. El pibe pide pista.
Pizzini cerró el resultado con autoridad. El cuarto tanto coronó una noche perfecta. El equipo mostró jerarquía.
La tabla lo confirma. Vélez lidera con puntaje ideal. Supera a equipos duros como Olimpia, Melgar y Nacional. El grupo está bien encaminado.
Ahora, el Fortín debe mantener el nivel. La próxima fecha puede acercarlo a octavos. Cada punto será clave.
Guillermo Barros Schelotto trabaja en silencio. El plantel responde en la cancha. Los hinchas se ilusionan. La Copa vuelve a ser un sueño posible.







