


El mercado laboral argentino muestra una cara preocupante para las nuevas generaciones. El 60% de los jóvenes del país trabaja en condiciones de informalidad. Esta situación impacta de manera más fuerte en las mujeres y deja a millones de personas jóvenes sin acceso a derechos básicos como jubilación, obra social y licencias.
La cifra surge de un informe reciente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que también advierte sobre la dificultad de inclusión de este sector en los sistemas de protección social. “La desigualdad estructural se profundiza y obstaculiza el paso hacia empleos de calidad”, afirmó Bárbara Perrot, especialista de OIT Argentina.
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Entre los varones jóvenes, los sectores más afectados son el comercio, la construcción y la industria. En el caso de las mujeres, la informalidad se concentra en la administración pública, el comercio, la enseñanza y el trabajo doméstico. Este último sector llega a niveles alarmantes: el 77% de quienes trabajan en casas particulares no están registradas.
La construcción tampoco ofrece un panorama alentador, con un 76,6% de informalidad, mientras que el comercio presenta un 51,9%. Según el INDEC, el promedio general de informalidad laboral en áreas urbanas llega al 42%, pero entre los jóvenes ese número se dispara.
A nivel regional, Argentina también se destaca, y no para bien. La informalidad entre jóvenes en el país supera la media latinoamericana. Mientras que la tasa promedio en América Latina y el Caribe para personas de 15 a 24 años es del 54,4%, en Argentina asciende al 68%.
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La OIT señala que la llegada de nuevas tecnologías y de la inteligencia artificial está cambiando las formas de acceso al trabajo. Estas transformaciones pueden agravar la precarización, pero también representar oportunidades. “Si se implementan políticas inclusivas, los jóvenes pueden acceder a empleos formales y de calidad”, sostuvo Perrot.
Desde el organismo internacional promueven programas como Decent Jobs for Youth y YouthForesight, que impulsan estrategias integrales para enfrentar este desafío. En el caso argentino, el diálogo social se presenta como herramienta clave para diseñar políticas laborales efectivas.
Por último, la OIT destaca la necesidad de una participación real de la juventud en estos procesos. Bajo el lema “Nada sobre nosotros sin nosotros”, promueven que las personas jóvenes ocupen un lugar protagónico en el diseño de soluciones.
Fuente: R3


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