

En plena crisis, una senadora designó como asesora a una cosmiatra de su barrio. Natalia Gadano, representante de Santa Cruz en el Senado, otorgó un contrato de privilegio a Sonia Emilce Jepik.
La asesora no tiene experiencia legislativa. Se dedica a brindar tratamientos estéticos en Caleta Olivia. Ofrece servicios como mesoterapia, rejuvenecimiento facial y depilación definitiva.
El contrato se firmó a través de la Resolución 94/2024. Tiene carácter retroactivo desde el 10 de diciembre de 2023. Se trata de una de las categorías más altas del escalafón del Senado.
Jepik fue nombrada como asesora A-1-T. Ese rango se reserva a personal técnico de máxima jerarquía. Implica un sueldo mensual que ronda los 2 millones de pesos.
El despacho de Gadano se encuentra en Buenos Aires. Sin embargo, su flamante asesora mantiene residencia permanente en la Patagonia.
La polémica no tardó en estallar. La designación fue revelada por el sitio El Disenso. El medio no logró verificar que Jepik trabaje en el Hospital Israelita, como figura en su ficha profesional.
El nombramiento generó indignación en redes sociales. Numerosos usuarios denunciaron la falta de transparencia en la selección de personal legislativo.
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La senadora Gadano ingresó a la política apadrinada por Alex Campbell. Ex funcionario del PRO y cuñado de la legisladora. Su llegada al Congreso se consolidó con apoyo del gobernador Claudio Vidal.
El despacho de Gadano concentra contrataciones cuestionadas. Otro de los asesores con mayor sueldo es su sobrino de 20 años. No registra experiencia ni formación vinculada a la función pública.
El caso Jepik puso la lupa sobre los nombramientos discrecionales en el Senado. La categoría A-1 suele reservarse para expertos jurídicos, técnicos o asesores con trayectoria.
Los sueldos legislativos contrastan con la situación social. Mientras miles de familias ajustan gastos, el Congreso reparte cargos sin control ciudadano.
La asesora continúa con su estética en Caleta Olivia. Su negocio privado permanece activo mientras figura como personal legislativo en Buenos Aires.
La decisión desató críticas en Santa Cruz. Vecinos y referentes locales expresaron desconcierto por el uso de recursos públicos para favorecer amistades.
No existe información pública sobre las tareas asignadas a Jepik. Tampoco se conoce su presencia en sesiones ni producción de informes legislativos.
El Senado no respondió pedidos de acceso a la documentación. La opacidad en las contrataciones vuelve imposible auditar el trabajo de los asesores.
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Gadano se alineó con el gobernador Vidal. Desde su banca votó contra proyectos impulsados por el oficialismo nacional, reforzando el peso del mandatario santacruceño.
La senadora evita declaraciones públicas sobre los nombramientos. Tampoco aclaró el criterio utilizado para elegir a Jepik ni a su sobrino.
El escándalo profundiza la distancia entre la dirigencia política y la ciudadanía. El Congreso suma privilegios mientras exige ajustes al resto de la sociedad.
En redes circula una frase recurrente: “El Senado no es un centro de estética”. La consigna sintetiza el malestar ante el uso indebido del Estado.
La categoría A-1 representa el máximo nivel dentro del Senado. Sueldos cercanos a los 2 millones no incluyen adicionales ni bonificaciones.
El acceso a esos cargos no se rige por concursos. La discrecionalidad permite que cualquier legislador designe personal de confianza sin requisitos previos.
La falta de mecanismos de control alimenta el descreimiento. El Congreso sigue sin transparentar los legajos y funciones de sus asesores.
Santa Cruz acumula antecedentes de manejos polémicos. Gadano suma su caso a una larga lista de cargos repartidos entre familiares y conocidos.
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La estética Jepik continúa promocionando servicios en redes. Mientras figura como asesora nacional, sigue ofreciendo tratamientos en Caleta Olivia.
El vínculo entre la senadora y la asesora no fue aclarado. Se desconoce si existe relación comercial, política o personal entre ambas.
Legisladores opositores pidieron explicaciones formales. La designación podría ser revisada si se demuestra incumplimiento de funciones.
Organismos de control no intervinieron en el caso. No existe reglamentación que impida este tipo de nombramientos discrecionales.
El escándalo reflota el debate sobre el rol del Congreso. ¿Debe el Senado continuar con una estructura que permite estos privilegios?
Gadano no está sola. Cientos de asesores sin funciones concretas integran la nómina del Congreso. El caso Jepik solo sacó la luz sobre uno de ellos.
La política argentina enfrenta una de sus peores crisis de legitimidad. Cada cargo repartido sin mérito erosiona un poco más el vínculo con la sociedad.







